Las redes sociales se han convertido en el principal vehículo para compartir información y generar espacios de debate público. La política no está exenta de las nuevas tecnologías y por mucho tiempo, ciudadanos que cuestionan la forma de administración del Estado que aplica el Movimiento Al Socialismo (MAS) tuvieron un escape para difundir sus ideas, incluyendo aquellos que sólo ofenden mediante el anonimato.
Después que el presidente Evo Morales se quejara de ser “víctima” de discriminación en estos foros virtuales, donde se tildan sus palabras como ignorantes y contradictorias (como cuando dijo que se sentía feliz de no haber ido a la universidad), el aparato oficialista activó, de forma planificada o espontánea, un contraataque para generar propaganda favorable al régimen.
Es el caso de la red Facebook, donde funcionarios del Legislativo, universitarios y algunos “semi – anónimos”, que no dejan datos personales comparten sus enlaces, pero no con gente a quien conocen sino con analistas públicos o políticos opositores que son etiquetados e inmediatamente rebotan sus publicaciones con cientos de seguidores.
En palabras simples, los militantes del oficialismo utilizan a gente conocida para expandir la contrapropaganda del MAS en cuentas como “Tipnis Bolivia”, donde un cibernauta ingresa y se encuentra con decenas de publicaciones que denigran a los dirigentes de la novena marcha indígena.
Citas como: “Los pocos indígenas que llegaron con la IX marcha, no pueden expresar libremente su voluntad, si disienten de los dictados de los tres corruptos dirigentes, son maltratados, tildados de traidores y sujetos a decomiso de sus efectos personales” o fotos de los dirigentes de la novena marcha montados con uniformes de presidiarios, calificados como “corruptos, narcotraficantes o aliados a la derecha”, siguen el discurso que las autoridades del Gobierno central tratan de imponer en la opinión pública.
Uno de los “etiquetados” es el analista Iván Arias, cuya cuenta tiene 4.500 “amigos” registrados y que “rebota” estos enlaces, cuando el citado es abiertamente contrario al régimen del MAS.
“Soy víctima de estas publicaciones de simpatizantes del Gobierno, porque el grupo de “Dialogando con Iván Arias, un Abogado del Diablo”, se ve abarrotada con enlaces que no tienen nada que ver con el debate político. Es claro que estos simpatizantes del MAS han visto que el Gobierno está caído para la clase media, porque es ésta la que tiene mayor acceso a Internet, y por ello tratan no de mejorar sino de atacar y sofocar con mensajes agresivos que saturan la red”, explicó.
Las respuestas en las redes, sin embargo, ratifican en su mayoría la oposición al régimen, como un enlace que muestra a Bertha Bejarano, presidenta del comité de la novena marcha, en un cartel estilo western con la palabra “narcotraficante”. Un comentario replica: “Si ha sido exculpada del caso, como el caso de García Linera con el asalto a las remesas del banco, cumplió 5 años de cárcel y no fue declarado inocente. ¿Entonces, este señor tampoco pude ejercer la Vicepresidencia?”.
Del otro lado, tampoco los mensajes son totalmente virtuosos o respetuosos. Palabras soeces, insultos de bajo rango y adjetivos o fotomontajes que ridiculizan a los mandatarios rayan entre lo sarcástico a lo vulgar.
En tal sentido, el propio vicepresidente Álvaro García Linera, se encargó de recordar a los productores de las federaciones del trópico de Cochabamba cada una de estas ordinarias exaltaciones, dando lectura a los ataques racistas contra el presidente.
“(...) Así le dicen a nuestro presidente, un campesino como ustedes”, dijo y leyó palabras irreproducibles y cargadas de racismo, que sistematizó de las redes sociales.
Con todo, la Internet y en especial las redes sociales como Twitter y Facebook se han convertido en foros de confrontación, donde el tópico negativo de la politiquería, llámese guerra sucia, se ha activado con fuerza sobre todo desde la militancia oficialista.
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