El presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, se confesó hoy "perplejo" ante el continuado debate generado por la manera en la que la empresa estadounidense gestiona sus impuestos en el Reino Unido.
En unas declaraciones hechas hoy a una emisora de la BBC, Schmidt remarcó que el portal de servicios por internet se ha ceñido a la ley a la hora de pagar sus impuestos en este país. Google se encuentra entre varias compañías multinacionales estadounidenses, como Amazon y Starbucks, que en los últimos meses han sido muy criticadas por haber minimizado, aprovechando lagunas legales, el pago de sus impuestos corporativos en el Reino Unido, pese a sus altos ingresos.
La forma en la que Google ha pagado esos impuestos en este país ha sido cuestionada por una comisión del Parlamento británico. Las ventas de Google en el Reino Unido están valoradas en 3.200 millones de libras (3.788 millones de euros) si bien la mayoría se gestiona supuestamente mediante su sede irlandesa.
En 2011, la compañía pagó solo 6 millones de libras (unos 7 millones de euros) en concepto de impuesto de sociedades -que entonces tenía un gravamen del 26 %- en este país, lo que fue tildado de "inmoral" por la citada comisión.
Según dijo hoy Schmidt, corresponde al Gobierno británico modificar su sistema fiscal si quiere que las empresas paguen más en concepto de impuestos corporativos. "Lo que estamos haciendo es legal. Estoy bastante perplejo por este debate, que lleva ya un tiempo en el Reino Unido, pues contemplo los impuestos como algo no opcional. Debes pagar los impuestos que se requieren legalmente. No es un debate", argumentó el directivo. El presidente ejecutivo de Google agregó que si el sistema británico cambia la ley impositiva, esa empresa "cumplirá con la ley".
"Si los impuestos suben, pagaremos más. Si los impuestos bajan, pagaremos menos. Es una decisión política para la democracia que es el Reino Unido", dijo. Google tiene su sede oficial en Irlanda, donde el impuesto de sociedades es más bajo que en Gran Bretaña, y teóricamente tramita todas sus ventas a través de Dublín para reducir su factura fiscal. La pasada semana, líderes de la Unión Europea (UE) acordaron atajar la evasión fiscal mediante "un intercambio automático de información entre las autoridades fiscales" para vigilar la situación.
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