Google cumplió. La compañía tecnológica de Mountain View cerró el primer trimestre con un beneficio neto de 2.890 millones de dólares, un importante repunte comparado con los 1.798 millones en el mismo periodo de 2011. Los ingresos ascendieron a 8.140 millones; resultados mejores de los esperados, que acompañó con la aprobación de una propuesta para repartir dividendos, según un método cuyos detalles están siendo estudiados.
Novedad. La firma que dirige Larry Page sigue los pasos de Apple, que semanas atrás anunció un plan para volver a premiar la lealtad de sus accionistas recurriendo a la masa de efectivo que acumula en balance. Google pretende crear para ello un nuevo tipo de acción sin derecho a voto. Los accionistas recibirán uno de estos nuevos títulos por cada acción que posean y se repartirán como un dividendo.
Es decir, los propietarios de Google tendrán el doble de acciones en número de las que tenían antes de que se ejecute la operación, aunque no serán de la misma naturaleza. El consejero delegado y el cofundador Sergey Brin se blindan a la vez su poder en el seno de la compañía, porque mantiene la estructura de la sociedad. El anuncio lo hicieron en una carta dirigida a los inversores, que acompañaba los resultados. El arranque del ejercicio fue “magnífico”, valoró Page, que el pasado fin de semana hizo una valoración de su primer año al frente de la puntocom y expuso su visión en una arena cada vez más competitiva
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