En los últimos años la tecnología se ha ido incorporando en la vida cotidiana de forma casi natural, las redes sociales son los medios más utilizados para mantener contacto con “personas conocidas” o “amigos” y debido a esto “los lazos y encuentros personales son cada vez menores y se reducen al simple acto de escribirse mensajes desde una computadora o un teléfono celular”, afirma la psicóloga Marcela Terán.
En un artículo publicado por el Diario Los Andes, se hace mención del biólogo evolucionista Robin Dunbar, quien en uno de sus libros asegura que el límite de personas con las que un individuo puede mantener “relaciones estables” es de 150, pero que solamente entre 3 a 5 forman parte del “grupo clave para una persona”, es decir con las que se tiene un contacto constante y una “relación estrecha”.
Al respecto, Rocío Posadas, gerente de marketing de Consumo de Intel para América Latina explica: “Hoy en día, si extrañamos a nuestro amigo o queremos hablarle urgentemente para contarle las últimas novedades, podemos hacerlo en un segundo, si tenemos un dispositivo a mano. Por esta razón, equipos tecnológicos personales se convirtieron, de igual manera, en algunos de nuestros mejores amigos y la herramienta clave para la comunicación diaria con las personas que más queremos”.
Según un estudio realizado en Sudamérica el 2014, “los usuarios de la red social Facebook, considerada la más popular, tienen 281 amigos como promedio general”, para algunas personas este número puede ser sumamente elevado, pero para otros puede resultar una cifra muy reducida, “lo cual depende del grado de familiaridad con el universo de Facebook”.
Marcelo Castellón de 25 años de edad cuenta a Los Tiempos Digital que tiene más de 800 “amigos” en su cuenta de Facebook, pero de repente se toma unos segundos para reflexionar y asegura que considera “verdaderos amigos” a solo 15. “Uno en sus redes sociales tiene muchos contactos denominados y dentro de la categoría de amigos. La verdad es que también se trata de gente con la que uno comparte el día a día, que tal vez no sean de nuestro círculo social más cerrado pero son con los que se puede compartir de otra forma”, manifiesta el entrevistado.
Por otra parte, Ana María Quiroga, quien tiene 59 años de edad aseguró que tiene 213 amigos en su Facebook, comentando que “la red social te ayuda a recuperar el contacto con personas que hace mucho tiempo no ves. Pero a mis amigos y amigas quiero verlos, abrazarlos y escuchar su voz. El Face es instantáneo y eso es bueno, pero por mi edad creo que necesito verlos”.
En el artículo publicado del Diario Los Andes, el psicólogo Mauricio Fracapani, entiende la amistad como un vínculo interpersonal, es decir como “una de las relaciones humanas más importantes que una persona puede tener a lo largo de la vida”.
“Ese vínculo se ha ido modificando y hoy gracias al acceso a nuevas tecnologías de la informática uno puede reactivar vínculos que parecían perdidos, encontrarse con amigos de la infancia y la adolescencia con los que uno no hablaba desde hacía tiempo”, manifiesta Fracapani.
Asimismo, opina que “en Facebook uno puede tener amigos, pero no todos los que se tiene lo son. Habría que diferenciar entre amigos y contactados, ya que en las redes sociales esta palabrita de enviar solicitud de amistad es media engañosa”.
Entretanto, Terán explicó a Los Tiempos Digital que las comunicaciones a través de las redes sociales suelen ser más superficiales, pero que “como el hombre es un ser social al interactuar, ya sea por distintos medios tecnológicos, puede lograr un acercamiento y llegar a construir un vínculo de amistad”.
La psicóloga social asegura que “en las redes sociales se puede tener cantidades infinitas de amigos, pero personalmente el grupo seguramente será mucho más reducido ya que es imposible que con todos ellos, los virtuales, podamos mirarnos frente a frente y saber con los gestos lo que le está ocurriendo al otro sin que lo mencione, lo que es fundamental para una amistad”.
Las redes sociales, sobre todo Facebook, son herramientas que hoy en día se han vuelto indispensables para el desenvolvimineto de muchas actividades, ya que ayudan a tener una comunicación más frecuente e inmediata con "amigos" o "personas conocidas". Sin embargo las relaciones "cara a cara", como las tardes de café con un viejo amigo, las felicitaciones sorpresa por un cumpleaños u otras actividades que impliquen un contacto personal son cada día menos frecuentes. En este mundo de inmediatez y virtualidad ser conscientes de esto parece un desafío: mantenernos conectados pero no perder aquello que también es importante.
“Ni es de maravillar que tales amistades como estas sean raras, porque hay pocos hombres tales cuales ellas los quieren. A más de esto, tienen necesidad de tiempo y de comunicación, porque, como dice el vulgar proverbio, no se pueden conocer los unos a los otros sin que primero hayan comido juntos las hanegas de sal que se dicen, ni aceptarse el uno al otro, ni darse por amigos, hasta que el uno al otro le parezca ser digno de amor y se fíe de él. Pero los que de presto traban amistad entre sí, quieren, cierto, ser amigos, pero no lo son si no son dignos de amor, y el uno del otro entiende que lo es. La voluntad, pues, de amistad fácilmente se concibe, pero la amistad misma no”.
Aristóteles en Ética a Nicómaco.
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