domingo, 27 de mayo de 2012

Facebook bursátil

¿Mark Zuckerberg es el último de la línea de genios que parte de Johannes Gutenberg, el creador, en 1450, de los tipos móviles de la imprenta (aunque, como se sabe, los chinos ya habían descubierto la impresión en papel)? Lo ha sugerido la catedral del periodismo, The New York Times, hace poco. Es mejor plantearlo como pregunta, porque ya se sabe que siempre es posible que quien mira no tenga toda la perspectiva deseable en la observación de un fenómeno actual.

Pero tan sólo proponer que el creador y actual máximo jefe ejecutivo (CEO) de Facebook es de tan ilustre linaje equivale también a afirmar que esta red social en sí misma es el séptimo medio de comunicación e información que ha creado el ser humano y que se sitúa, con similares credenciales, después del teatro, el libro, el periódico, la radio, la televisión e internet.

Con sus aproximadamente 900 millones de usuarios en todo el mundo –y que dentro de unos meses llegarán a 1.000 millones-, Facebook tiene una marca difícil de alcanzar: uno de cada ocho habitantes del planeta está conectado a esta compañía “punto com”.

¿O es que Facebook está sobrevalorada, precisamente, como medio informativo y se exageran sus virtudes? Las opiniones, por supuesto, se dividen entre sus defensores y detractores.

Elevada valoración

Pero, ¿qué dice el mercado, después del ingreso de la compañía tecnológica al ruedo el 18 de mayo? La valoración alcanzada por la compañía, que llegó a 104 mil millones de dólares, también ha causado olas de opiniones en favor y en contra.

Es la mayor salida bursátil de una “punto com”, pero la tercera en cuanto a valoración, puesto que dos bancos chinos superaron los 130 mil millones de dólares, y ocupa similar posición en lo que respecta a la cantidad recaudada, porque las empresas Visa y Enel obtuvieron más.

Es interesante seguir paso a paso lo que ocurrió el primer e histórico día del ingreso de Facebook en el ámbito del mercado de capitales.

De acuerdo con la información de Nasdaq, que es la plaza bursátil para las compañías tecnológicas, se fijó la oferta en 38 dólares por acción, pero inmediatamente los títulos de la red social comenzaron a cotizar, como resultado de la puja entre la oferta y la demanda, en 42,05 dólares, hasta superar los 43 dólares por acción. Pero a partir de este pico máximo las acciones perdieron el impulso inicial y se vendieron en 41 dólares, para estabilizarse, al final de la jornada, en 38,2 dólares. Los bancos de inversión que estuvieron a cargo de la operación, sin embargo, tuvieron que intervenir –comprar acciones- para evitar que el precio cayera y que se confirmaran las previsiones de los pesimistas. No obstante, nunca se alcanzó ni rebasó el precio tope que alcanzó el título-valor en la última transacción en el mercado secundario: 44,1 dólares.

Los más críticos con la capitalización de Facebook preveían, precisamente, que el traumático desplome de las “punto com”, registrado a fines de la década de los años 90, actuaría como un fantasma sobre el ambicioso negocio; en ese entonces, creció sin control una “burbuja” financiera, inflada por las desmesuradas expectativas en las empresas tecnológicas, que causó estragos entre los inversionistas de Wall Street. De iniciales precios por acción que llegaban a las nubes, las cotizaciones marcaron mínimos catastróficos, lo cual sumió en la bancarrota no sólo a esas compañías, sino también a todos los inversionistas institucionales –como los fondos de pensiones o las aseguradoras, entre otros- que habían comprado importantes paquetes accionarios.

Si se considera que hasta el martes 22 el precio había caído un 18%, de los iniciales 38 a sólo 31,16 dólares, los también llamados “apocalípticos”, que predecían un desastre para Facebook, llevaban la delantera, aunque, por supuesto, se trata de los primeros movimientos bursátiles.

El control

Aunque una salida en bolsa tiene como una de sus principales consecuencias la atomización de la propiedad o capital de una compañía, Mark Zuckerberg aún tiene el control, con sólo el 28,4% de las acciones, que ahora valen más de 20.000 millones de dólares.

Según los documentos presentados por la empresa a la Securities Exchange Comission –la autoridad reguladora bursátil de EEUU- , Zuckerberg se ha reservado, aunque no tenga la mayoría del capital, el poder absoluto, incluso después de su muerte.

¿Cómo ha logrado que el control de la empresa que creara en 2004 y cuyos detalles se han conocido mediante la película La red social de David Fincher y Aaron Sorkin? Un reportaje del diario español El País, entre otras fuentes, asegura que Zuckerberg es como una esponja para absorber experiencias del mundo corporativo y que la idea para conservar el control de su empresa la tomó de los propietarios del The Washington Post, la familia de la célebre Katherine Graham.

Zuckerberg tenía acuerdos, antes de la reciente salida bursátil, con otros accionistas que le daban el control sobre el 56,9% del capital de la compañía, lo cual no debía difuminarse mucho en la salida a Nasdaq, si se toma en cuenta que las acciones que posee son de la serie B, con unas diez veces más derechos de voto que las de la serie A, que son las que se colocan en el mercado. El poder de voto del ingeniero de 28 años es superior al 50%, con los derechos de sufragio cedidos por algunos socios hasta su muerte o cuando vendan sus participaciones, pese a esta última operación. Con el poder de decisión asegurado, el CEO de Facebook no sólo realiza los nombramientos ejecutivos, sino que también tiene la última palabra en lo que respecta a fusiones o ventas.

Además, Zuckerberg ha resuelto cotizar bajo la modalidad de “compañía controlada”, lo cual no obliga a que la mayoría de los consejeros sea independiente. Y por si fuera poco será quien nombre a su sucesor, “una persona o entidad, en el caso de que controle la compañía en el momento de su fallecimiento”. Es decir, podrá nombrar a quien le suceda en el “trono”.

Los ingresos

¿En qué invierte el comprador de una acción de Facebook? Las “punto com” han recuperado, a duras penas, algo de la ilimitada confianza que se tenía en ellas antes de la burbuja de fines de la década de los años 90, pero en el caso de la red social se puede palpar algo más que su naturaleza virtual.

En primer lugar, Zuckerberg ha afirmado que no busca gestionar la empresa para especular y ganar dinero, sino para obtener recursos con los cuales crear nuevos servicios o crecer más.

En segundo, se sabe que un 82% de unos ingresos de 1.060 millones de dólares, como sucedió en el primer trimestre de este año, procede de la publicidad, aunque General Motors, por ejemplo, ha informado que ya no pondrá más anuncios porque considera que “no tiene ningún efecto”, lo cual contrasta con la opinión de Ford Motors.

Entre 2010 y 2011, la compañía ha crecido un 46,8% y los inversionistas esperan que al menos, tras la nueva colocación, supere el 30%. Se estima que contará con una liquidez de 10.000 millones de dólares para financiar sus proyectos de desarrollo.

Facebook opera en la actualidad en 70 idiomas y tiene una plantilla de 3.539 empleados en todo el mundo.

No es la primera red social que salta al ruedo. En mayo de 2011, LinkedIn, la plataforma de contactos profesionales, fue la pionera en llegar a Wall Street y duplicó su capitalización; no deja de ser una señal de alarma que Groupon, otra red social, tenga problemas para demostrar que gestiona un negocio rentable y duradero.

En la historia de las “punto com”, también fue un hito histórico la salida en bolsa, en 2004, de Google, que obtuvo una valoración hasta diez veces menor que Facebook; en marzo de 1986, también ingresó Microsoft, pero eran otros tiempos. La red social se cotizó tanto como la farmacéutica Merck, cuadruplicó a Disney y se valoró el doble de Caterpillar

Los nuevos millonarios


Una nueva colocación de acciones, como la que se registró el 18 demayo, ha convertido en millonarios a quienes ya contaban con acciones de Facebook o, lo que es lo mismo, que habían confiado en la red social de Mark Zuckerberg.

Una vez que los títulos salen del mercado primario –al que preferentemente acceden los inversionistas institucionales o de grandes recursos- y se cotizan en el secundario, comienza el vértigo de la oferta y demanda o un juego que eleva o baja el precio de las acciones. Al comprar una participación en el capital de una empresa, el inversionista da la señal de que confía en su gestión y en sus proyecciones.

¿Quiénes han ganado con la salida bursátil de esta red social?

En primer lugar, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, que tiene un 28,4% de la empresa ahora valorado en más de 20.000 millones de dólares, con lo cual ha igualado en el puesto 22 al inversionista y especulador George Soros y al alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, según la revista Forbes; el creador de la red social, antes de la reciente salida bursátil, estaba en el puesto 35 de esta lista, con una fortuna calculada en 17.100 millones de dólares.

Otro cofundador de Facebook, Dustin Moskovitz, posee ahora 5.100 millones de dólares. Eduardo Savering, otro de los que crearon la red social, tiene hoy 1.700 millones de dólares.

También ganaron el fondo ruso DST, el banco de inversión Goldman Sachs y un puñado de famosos como Lady Gaga o Bono, el cantante de U2, quien mediante su fondo de inversión Elevation Partners compró el 1,5% de Facebook en 2010 por unos 120 millones de dólares que hoy se han convertido en 1.530 millones de dólares.

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