Las autoridades dicen que son cinco, saben sus nombres y apellidos, se conoce con exactitud desde dónde operan y que en los últimos tres años se han embolsado millones de dólares filtrando un gusano informático en redes sociales como Facebook o Twitter. Aún así la justicia internacional todavía no ha podido echarles el guante.
La banda de hackers -llamada Koobface- lleva al menos tres años operando desde su central de San Petersburgo, en Rusia, desafiando a diario la seguridad de las redes sociales y logrando controlar decenas de miles de computadoras en todo el mundo.
Grupos de investigación, que trabajan en coordinación con Facebook y el FBI, dieron a conocer sus identidades, expresando cierta “frustración” ante la imposibilidad de hacer que se presenten cargos en su contra, dicen, por falta de pruebas físicas.
Cómo funcionan
Desde 2008, el supuesto grupo de ciberdelincuentes distribuye a través de las redes sociales vínculos a videos curiosos o de contenido sexual para que los usuarios ingresen. A continuación, reciben un mensaje para actualizar su versión de Flash, lo que permite al gusano Koobface entrar en el sistema sin que el usuario lo note.
Así es como pasan a formar parte de la red de 800 mil computadores que se estima podría haber controlado la banda.
Al controlar estos computadores y cuentas, se tiene acceso a todo tipo de información sobre el usuario; desde nombre, dirección, email, teléfono, así como sus preferencias de búsqueda. Datos que según, los investigadores, se vendía a “empresarios sin escrúpulos”.
Se calcula que así se embolsaron unos dos millones de dólares anuales y se sabe, gracias a las fotografías que colgaron en sus perfiles en redes sociales, que sus miembros han invertido parte de este dinero en lujosas vacaciones a Monte Carlo, Bali y Turquía.
Se dispone incluso de imágenes de su sede en San Petersburgo, en donde puede verse a los miembros del grupo empleando computadoras Macintosh como lo harían jóvenes emprendedores de Silicon Valley.
“Muy seguros”
Graham Cluley, consultor de la firma tecnológica Sophos, empresa que publicó una investigación en profundidad sobre la banda, dijo que están “bastante seguros” de haber identificado a las personas correctas.
Sin embargo, el especialista agregó que, “por supuesto, tenemos que asumir que cualquiera es inocente hasta que se demuestra su culpabilidad”.
Rusia es conocida por ser uno de los mayores paraísos para la piratería informática en el mundo, algo que se remonta a la caída de la Unión Soviética, que coincidió con la era de internet a principios de los 90.
Un sistema educativo con énfasis en la matemática y la ingeniería dio cabida a una generación de sofisticados informáticos, pero de salarios muy inferiores a las mentes de Silicon Valley o sus homólogos en Europa; esto habría llevado a que muchos se pongan al servicio de las mafias que lucran con la piratería.
Un estudio publicado en 2011 por el fabricante de programas Symantec señaló que el cibercrimen en el mundo genera unos ingresos de 114 mil millones de dólares anuales.
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