La moda de autorretratarse con el móvil ("selfie") y colgar el resultado en la red puede acarrear problemas mentales, como depresiones o paranoia, si no se obtiene el reconocimiento del público, advierte una doctora tailandesa.
"Prestar demasiada atención a las fotografías publicadas, controlando quién las mira o a quién le agrada o quién comenta, con la esperanza de lograr la mayor cantidad posible de 'me gusta' es un síntoma de que los 'selfies' están causando un problema", declara la especialista Panpimol Wipulakorn, del departamento tailandés para salud mental.
La experta señala que tales comportamientos podrían derivar en problemas cerebrales en un futuro, especialmente aquellos relacionados con la falta de confianza hacia uno mismo.
El riesgo de buscar aprobación
"Los 'selfie' causan un impacto en la vida de cada individuo. Publicar fotos para buscar la aprobación de los amigos está en la naturaleza del hombre. Si la gente hace una cosa y logra una pequeña recompensa, volverán a repetir el acto", explica la doctora.
Sin embargo, esta recompensa que es lograr la aceptación social tiene diferentes efectos dependiendo de la persona: algunos se contentan obteniendo unos pocos "me gusta", mientras otros "necesitan" lograr todos los que puedan y se vuelven "adictos" a este reconocimiento social, desgrana Panpimol.
Aquellas personas que no logran la cantidad de apoyos esperados optarán por publicar una nueva instantánea, pero si la respuesta continúa siendo negativa podría dañar la confianza de la persona o crear pensamientos negativos hacia uno mismo.
La seguridad y autoestima son cruciales en el desarrollo de las personas para alcanzar la felicidad y la satisfacción personal, apunta la doctora.
Su carencia, no obstante, causa nervios, dudas y la infelicidad del individuo, que podrían desembocar en problemas mayores como la paranoia, depresión, comportamientos celosos y personalidad susceptible.
"No creo que vaya a tener ningún problema en el futuro por compartir mis fotos con mis amigos. Siempre ilusiona ver que a muchas personas les gusta lo que compartes en 'Facebook' o 'Instagram', pero a mí no me obsesiona", declara a Efe Sirirat Suakaewnoy, estudiante de comunicación en Bangkok.
No sólo auto retratos
El centro comercial "Siam Paragon", que a diario acoge a miles de locales y turistas en Bangkok, se alzó este año con el galardón al lugar más popular entre los seguidores de la red social "Instagram", aplicación donde se cuelgan cada día más de 55 millones de fotos, por delante de Times Square, Disneylandia o la Torre Eiffel.
"Me parece divertido publicar fotos sobre cosas que me gustan, lugares que visito, mis almuerzos o el humor con el que me levanto por las mañanas", indica Nink Manadamrongthan, quien asegura sube entre una o dos fotos a diario a las redes sociales.
La palabra "selfie", que designa a la foto que nos hacemos y que habitualmente colgamos en las redes sociales, fue elegida como "palabra del año 2013" por los diccionarios Oxford de lengua inglesa, tras extenderse significativamente su uso.
Un hábito en las celebridades
Ya son célebres los "selfies" que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, junto a sus homólogos del Reino Unido, David Cameron, y Dinamarca, Helle Thorning, se tomaron durante el funeral del expresidente sudafricano y premio nobel de la paz, Nelson Mandela.
Otras personalidades de distintos ámbitos, como el cantante canadiense Justin Bieber, el futbolista brasileño Neimar o el actor estadounidense Tom Hanks, han posado y publicado numerosas fotos en sus perfiles de las redes sociales.
¡ATENT@!
La experta tailandesa sostiene que, además de daños personales, los "selfies" también pueden lastrar el crecimiento de los países en desarrollo, porque la falta de confianza de los jóvenes puede crear una generación "sin liderazgo", de personas "simples" sin "capacidad creativa e innovadora".
Hábitos como atender a las personas u observar las cosas que nos rodean a diario, así como practicar deporte y actividades con familiares y amigos, como ir al cine o viajar, son algunas de las ideas aportadas por la doctora para combatir la adicción a los "selfies".
OTROS ESTUDIOS
Un estudio de las universidades de Birmingham, Edimburgo y Heriot-Watt, en Reino Unido, realizado con apoyo de 500 usuarios de la red social más grande del mundo, Facebook, reveló que quienes publican “selfies” de forma exagerada suelen tener relaciones más superficiales y peor sentido de la intimidad, y que es esta última característica la que aleja a las personas acostumbradas al trato “cara a cara” (vida “analógica”), para quienes la exposición pública debilita el vínculo afectivo que existe en la vida real.
Sin embargo, expertos aclaran que en los últimos años, especialmente para los “nativos digitales” (aquellos nacidos a partir de 1980), el concepto de amistad e intimidad ya no implica necesariamente presencia física. Por ello, son las personas jóvenes quienes con mayor frecuencia buscan la aceptación de la gente mediante redes sociales, de modo que publicar “selfies” puede ser contraproducente si no reciben la retroalimentación esperada, dañando así su autoestima.
DE UNA MODA A TENDENCIA PELIGROSA
Las imágenes conocidas como “Self Harm Selfies” se tratan de autoretratos de adolescente que postean la fotografía en la red y “self harm” (“autolesiones”) que se realizan a ellos mismos. El “cutting”, como se le conoce, es una forma de autolesión que algunos jóvenes experimentan en la adolescencia porque no pueden canalizar de otra manera la presión emocional.
Lamentablemente el “cutting” o “self harm” han existido desde tiempo atrás, pero lo que ahora preocupa a las organizaciones del cuidado de la salud mental es esta tendencia que algunos jóvenes adoptan al “postear” en redes como Instagram o Snapchat imágenes dañándose a ellos mismos. Lo anterior gracias a la facilidad que tienen de adquirir un “smartphone”.
En Reino Unido las cifras de jóvenes que recurren al “cutting” es preocupante pues recientes estadísticas muestran que el número de adolescentes admitidos en hospitales por dañarse a ellos mismos ha crecido un 10 por ciento.
Francisc Burrows, director de operaciones de la organización Mindfull, expuso al diario británico Daily Mail que aplicaciones como Instagram y Snapchat han hecho de las selfies autodestructivas un fenómeno serio y preocupante: “Estas aplicaciones proveen un lugar en donde la gente puede postear imágenes que otros pueden comentar, y estas imágenes tienen un profundo efecto en las personas, pues al ver que otros lo hacen, entonces ellos tienen una validación para hacer lo mismo”. Y es que mientras la mayoría de las personas ve estas imágenes y se conmocionan, “para los jóvenes puede ser incluso una competencia”.
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