Las redes sociales en Bolivia se han convertido en un espacio de colaboración a personas necesitadas, una de ellas es Ángel Rodríguez Fuentes, de 80 años de edad.
Éste recibió apoyo gracias a una publicación de Óscar Aguilar en el Facebook, solicitando atención médica para el anciano que sufre de cataratas y problemas dentales, y no cuenta con esposa ni hijos.
La pasada semana, una médica dentista, que se enteró de la iniciativa por esa red, arregló la placa dental de Rodríguez, con lo que ya puede hablar y comer sin dificultad, además muestra una sonrisa de agradecimiento.
Aguilar lo llevará mañana (lunes) a una oculista que también se ofreció en atenderlo gratuitamente. Se espera la ayuda de una familia española que se comprometió a enviar dinero y de voluntarios cochabambinos que realizarán una colecta.
Desde 1977, Rodríguez vende peines, espejos y ganchos en la calle Illampu, cerca de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, apostado en una de las aceras.
Vive en una habitación ubicada en Villa Fátima, la cual comparte con un ayudante de panadería. Ambos cuidan la casa de una mujer que radica en Oruro.
Todos los días el anciano, oriundo de la provincia Punata de Cochabamba, se levanta a las 7:00 y, como ya es costumbre, sale a desayunar un café con pan en el mercado de Villa Fátima.
Los productos que comercializa los compra por mayor en la calle Tumusla. Lo que más vende, dice, son peines a un precio que oscila entre uno y cinco bolivianos. Cumplida la media jornada laboral, de manera lenta se dirige a algún comedor o una pensión. "Me gusta comer de todo, carne de pollo, pavo, pescado, res”, cuenta Rodríguez, quien afirma que nunca pudo hallar el gusto de pijchear coca.
"Hola abuelo”, se escucha constantemente decir a los comerciantes y policías que pasan por su lugar de trabajo, donde permanece pese a la lluvia.
Cuando el reloj marca las siete de la noche, es la hora en la que retorna a su pequeño cuarto. Cargado de una bolsa donde lleva un plástico para cubrirse de la lluvia, su asiento de madera y sus productos, espera un micro o un minibús.
Una vida entre la soledad
Su progenitor mató accidentalmente a su madre, Máxima, cuando él apenas tenía cuatro años. "Por no saber leer, le dio purgante en vez de sal y falleció. Luego nos abandonó, se fue con otra mujer, no nos quería”, relata el anciano.
Tuvo dos hermanos. Uno de ellos, Pedro, falleció luego de unos días de nacido por falta de alimentación.
Rodríguez abandonó su casa y se fue al Chapare, allí conoció a Javier y a su esposa, a quienes recuerda con cariño debido a que le enseñaron a leer y escribir en español, ya que él se comunicaba sólo en quechua.
A sus 20 años llegó a La Paz junto a su amigo Rento. Inicialmente trabajó durante tres años como empleado en el comedor popular de la Academia Nacional de Policías.
Posteriormente fue trabajador del hogar en la casa de Clotilde viuda de Mancilla. La señora, ya fallecida, tuvo tres hijos, quienes visitan al solitario hombre cada dos o tres meses y le regalan "unas moneditas”.
Este trabajo le permitió estudiar por las noches en el colegio Hernán Siles Zuazo, donde obtuvo su bachillerato. Siempre le interesaron los autos y estudió tres años de automecánica. "Aprendí todo sobre tecnología mecánica”, recuerda con orgullo el octogenario, quien por falta de dinero para un negocio y herramientas propias buscó otro oficio.
Rodríguez sostiene que no tiene amigos porque lo llevan por mal camino. "Alcohol nomás te invitan, he tomado una copita y el estómago me ha quemado. Tienen que ofrecerme chichita o cerveza nomás”, revela.
Aguilar necesita ayuda legal para arreglar su cédula de identidad. "Éste es un problema común entre la gente de la tercera edad sin recursos”, asegura. María, de la edad de don Ángel, que vende limones y manzanas en la misma calle, tampoco tiene documentos.
Cómo colaborar
Contacto Para obtener mayor información, puede llamar a Óscar Aguilar al 72533690 o buscarlo, con el mismo nombre, en el Facebook. A su vez, existe el grupo: "Venta de garaje en beneficio de don Ángel”, que se llevará a cabo hoy y tras la cual se publicarán todos los recursos recaudados.
Ubicación Para un contacto y colaboración de forma personal, Ángel Rodríguez trabaja todos los días en la calle Illampu, cerca de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en las puertas del hotel Estrella.
Ciberactivismo en Facebook
El ciberactivismo en Facebook ha crecido en Bolivia. Uno de los casos más sobresalientes fue el apoyo que recibió la niña Rosalía Apaza después de ser atacada por una perra rottweiler. En el grupo "Fuerza Rosalía” la gente puede dar donaciones a la organización Healthy and Happy Kids, que hoy en día colabora a otros niños con problemas de salud.
Otra movilización que también ha sido articulada por las redes sociales se llevó a cabo después del deslizamiento de Callapa (2011) en La Paz, cuando se crearon páginas específicas para ayudar a los damnificados. A su vez, existen muchas páginas para ayudar a los dueños de perros que se han perdido, donde también reciben consejos y apoyo emocional. Las páginas son: Amor por los Animales Bolivia (APLAB), Arca La Paz, Segunda Oportunidad para Animales (SOA), Animales SOS, ¡Eureka!, Asociación de Apoyo a los Animales, entre otras.
Los integrantes de estas comunidades articularon un gran movimiento para trasladar al león Fido de Oruro a un lugar más cálido.
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