De tanto en tanto, Google abandona su logotipo habitual para sorprendernos con un “doodle”, como se conoce a los logos creados especialmente para marcar una fecha o rendir homenaje a un personaje en particular.
Lo que empezó en 1998 como una simple idea -un hombre dibujado detrás de la letra “o” para dar a entender que el equipo no estaría ese día en la oficina- se transformó con el tiempo en una serie de intrincados diseños que muchos incluso consideran arte.
Hasta la fecha, la empresa ha creado más de mil doodles que son cada vez más interactivos y pueden compartirse con otros usuarios.
¿Cómo si no cientos de millones de personas se hubiesen enterado de que Gideon Sundback fue el inventor de la cremallera o de que, de seguir viva, la aviadora estadounidense Amelia Earhart hubiese cumplido 115 años?
Cada día, durante los Juegos Olímpicos Londres 2012, un nuevo doodle inspirado en los deportes apareció en la página principal del buscador.
Y con cada doodle aparecieron también una serie de artículos en los medios discutiendo la elección de día.
Los creadores
Pero a pesar de que son vistos por millones de personas en todo el mundo, pocas veces la atención ha recaído en sus creadores.
¿Quiénes son? Se trata en realidad de un grupo pequeño, cuyos integrantes se llaman a sí mismos los “doodlers”, que trabaja en una pequeña oficina en California, Estados Unidos.
Según cuentan, algunos diseños les toman unas pocas horas, mientras que otros -como el tributo que le hicieron a Freddy Mercury, el fallecido vocalista de la banda Queen- les llevan meses.
Ryan Germick, líder creativo del grupo, dijo que no le presta demasiada atención a cuánta gente mira sus dibujos.
“El cerebro humano no está preparado para entender cómo millones de personas interpretan algo. Para mí, se trata de hacer reír a mis colegas o aprender una técnica nueva. Si lo logro, he cumplido con mi objetivo”.
A Germick tampoco parece importarle si los catalogan de artistas o de diseñadores. “Nos encontramos en el límite entre el entretenimiento, el arte, la tecnología y el diseño gráfico. Las fronteras entre esas disciplinas son difusas”, apunta.
El equipo, señala, trata de proporcionar el mayor entretenimiento posible con los recursos limitados disponibles. Dennis Hwang, un diseñador que ya dejó la empresa, se encargaba de la mayoría de los diseños. Pero él no se llevó el crédito por los doodles.
“No se trata de nosotros como individuos, sino de Google como una cultura”, explica Germick. La mayoría de las personas que trabaja en el aspecto técnico de los “doodles” lo hace como parte de la política de la empresa, que les permite a sus empleados dedicar un 20% de su tiempo a un proyecto específico, que puede ser distinto a lo que hacen a diario.
Y en cuanto a la decisión respecto a los personajes o temas que abordarán los doodles, se trata de “un proceso bastante democrático”, señala Germick, quien añade que la elección está determinada más por el elemento sorpresa o por lo bien que un evento o una persona se adecua al diseño, que por el hecho de marcar una fecha especial.
Las sugerencias del público así como las ideas que aportan las oficinas de Google en otros países cumplen un rol importante. Gran parte del trabajo se hace con herramientas digitales para dibujar, pero, en ocasiones, el doodle se origina en una pintura real. Por ejemplo, el que Jennifer Horn hizo para marcar el aniversario del pintor Gustav Klimt, partió de una cuadro real pintado al óleo (BBC).
"Quería rendirle homenaje a Klimt y a su pintura más famosa 'El beso'. Espero que nuestra humilde creación le haga justicia a su brillante legado", le dijo Horn a la BBC.
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