El cofundador de Microsoft, Paul Allen, arremetió contra Bill Gates en su autobiografía en la que acusó a su socio de hacerle de menos e idear un plan para restarle influencia en la compañía, según un análisis de la obra publicado hoy por The Wall Street Journal.
El contenido y el tono del libro, titulado "Idea Man: A Memoir by the Co-founder of Microsoft", ha causado cierta sorpresa en el entorno de la empresa donde se creía que Allen y Gates mantenían una relación de amistad que comenzó cuando eran niños.
En sus páginas, Allen reclamó para sí mayor reconocimiento público por su trabajo en Microsoft y aseguró que él y no Gates es quien tiene el mérito de muchos de los proyectos más importantes que convirtieron la compañía en el gigante informático que es en la actualidad.
Unas afirmaciones que fueron cuestionadas por algunas personas que vivieron los comienzos de Microsoft, como Carl Stork, técnico asistente de Bill Gates durante las dos últimas décadas del siglo pasado.
"Aunque todos consideramos a Paul un amigo y valoramos su contribución, no hay duda de que Bill tuvo un impacto mucho mayor en el crecimiento y el éxito de Microsoft que lo que tuvo Paul", indicó Stork.
Otros testigos indicaron que Allen se atribuyó en el libro papeles clave en reuniones a las que, al parecer, no habría acudido, sin embargo sí jugó un rol fundamental en la creación de Microsoft.
"No estoy seguro de que Bill hubiera dejado Harvard si no fuera por Paul", dijo David Yoffie, profesor de Harvard Business School, sobre una decisión que se encuentra en el origen de la empresa.
Allen dejó de ocupar puestos ejecutivos en Microsoft en 1983 convertido en una de las personas más ricas del mundo y meses después de que se le detectara un cáncer, si bien manifestó que su salida fue motivada por su desencanto con el comportamiento de Gates, a quien retrata como autoritario.
Según cuenta Allen, en 1982 pilló in fraganti a Gates y a Steve Ballmer, quien hoy ocupa el puesto de director ejecutivo de Microsoft, cuando mantenían una reunión en la que se quejaban de la baja productividad de Allen y tramaban cómo reducir su poder en la compañía.
El cofundador de Microsoft asegura que les escuchó plantear un aumento del número de acciones de la empresa para adquirirlas ellos mismos y así reducir el porcentaje de títulos de Allen sobre el total, momento en el que éste irrumpió en la sala y se enfrentó con Gates y Ballmer, que acabaron disculpándose y desestimando el plan.
"Había ayudado a empezar la compañía y era aún un miembro de la gestión, aunque limitado por mi enfermedad, y ahora mi socio y mi colega estaban tramando estafarme. Fue un oportunismo mercenario, lisa y llanamente", escribió Allen.
Aunque Allen y Gates cofundaron Microsoft, el primero aceptó concederle al segundo más rédito por la tarea, de esa forma se repartieron las acciones inicialmente en un 60 por ciento para Gates y un 40 para Allen, quien más tarde se conformó con un 36 por ciento de los títulos, mientras que Gates se quedaba con un 64 por ciento.
Allen aceptó esos cambios pero cuando le pidió a Gates que le diera más acciones por crear un exitoso producto en los ochenta llamado SoftCard, Gates se negó.
"En ese momento, algo murió para mí. Creía que nuestra asociación se basaba en justicia, pero entonces vi que los intereses de Bill invalidaron todas mis consideraciones. Mi compañero está dispuesto a conseguir la mayor parte del pastel como fuera posible y no soltarla y eso era algo que no podía aceptar", indicó Allen.
Está previsto que la autobiografía de Paul Allen salga a la venta el 17 de abril en EE.UU.
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