miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Controlados en la red?

CIBERESPACIO | LAS RECIENTES DECLARACIONES DE UN CONTROL POR PARTE DEL GOBIERNO A LAS REDES SOCIALES, HA ABIERTO UN AGITADO DEBATE.

La definición más aceptada de lo que son las Redes sociales es aquella que las explica como “formas de interacción social, definida como un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones en contextos de complejidad. Un sistema abierto y en construcción permanente que involucra a conjuntos que se identifican en las mismas necesidades y problemáticas y que se organizan para potenciar sus recursos.”

El reciente anuncio del Vicepresidente Alvaro García Linera de que, lápiz y papel en mano, anotaba personalmente el nombre y apellido de todo aquel que insultara, agRediera u ofendiese al Presidente Evo Morales dentro de las Redes sociales, cayó como un balde de agua fría para quienes se sentían absolutamente libres dentro de la web, y ha generado una paranoia que raya en cibercrisis nacional.

¿Hasta qué punto se puede y se debe controlar un espacio tan amplio como es Internet? ¿Se debe hacerlo? ¿Perjudica la libertad de expresión?

UNA COMUNIDAD GIGANTE

Hay que tomar en cuenta que, de acuerdo a los datos globales, si la web fuera un país se estima que se convertiría en la quinta economía más grande del mundo para 2016, apenas por detrás de EEUU, China, Japón y la India.

Hasta el 2010 la economía del Internet representaba 2,3 billones de dólares en los países más desarrollados, previendo que alcance la cifra de 4,2 billones en 2016.

La Red, aunque tiene muchos servicios en apariencia gratuitos, es una inmensa máquina de dinero. Al respecto su influencia dentro de las economías de los países es enorme. Se prevé que en el Reino Unido para el 2016 la Red represente el 12,4% de su producto interno bruto (PIB), en Corea del Sur el 8%, en la Europa el 5,7%, y en Estados Unidos el 5,4%.

En cuanto a algunos países latinoamericanos se vaticina que en México el Internet llegue a representar el 4,2%, en Argentina (3,3%) y en Brasil (2,4%). Latinoamérica, junto a África y el Sur de Asia, son las regiones que tienen los peores indicadores de Internet (velocidad, costo, conexiones) en el mundo y, ante el actual panorama y la importancia que tiene la Red en la economía de los países, esta se constituye en una actividad que requiere cada vez mayor atención de los gobiernos para incrementar la inversión pública e incentivar la privada, a fin de disminuir la brecha digital que existe entre los países desarrollados y los países en desarrollo y entre los mismos habitantes de esas naciones.

“A medida que más ciudadanos en las economías emergentes, estén en línea y los niveles de conectividad se acerquen a los de las economías avanzadas, las acciones globales de la actividad en Internet y las transacciones cada vez más se desplazarán hacia aquellas economías. Además, con las mejoras en la velocidad y la calidad de la banda ancha y las tecnologías Web 2.0 y aplicaciones, se generará mayor beneficio económico y social. El Internet y las aplicaciones que montan en alta velocidad Redes IP ofrecen un único y rentable camino para mejorar la competitividad de las economías nacionales y elevarse por encima de las limitaciones físicas y geográficas. Países y ciudades que efectivamente aprovechan el poder de las Redes de banda ancha están tratando esta infraestructura básica como una condición clave para la competitividad en la economía del conocimiento”, señala un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La cantidad de usuarios de Internet se incrementa cada vez más. Mientras que en el año 2000 existían 360.985.492 millones de usuarios, el 2011 esta cifra ascendió a los 2.267.233.742, esto se traduce a que un 32.7% del mundo es usuario de Internet y que en 10 años se ha incrementado en más del 50% el número de navegantes cibernéticos.

¿SEGUROS O NO?

Tal penetración en la Red requiere niveles de seguridad que son importantes para proteger, de alguna manera, la privacidad de los usuarios. Esto no siempre sucede. Se sabe de Redes de pederastas y tratantes de personas que operan a través de Internet; de grandes estafas realizadas en la Red, y de control y censura de quienes opinan de una u otra manera o utilizan la Red de formas que no son autorizadas por los Gobiernos, tal y como explica Tim Berners Lee, un destacado científico londinense, responsable de poner en marcha la World Wide Web: “La gran amenaza es que los Gobiernos controlen a la población rastreando su navegación por Internet para saber qué hacemos, con quien hablamos y qué pensamos. De esta forma, y con la excusa de buscar terroristas, consiguen muchísima información. El poder tiene mecanismos muy potentes, incluso para hacer trampas en el recuento de unas elecciones, y por eso tiene que haber otros organismos vigilantes. Estoy muy preocupado por los abusos de los derechos individuales.”

Los expertos señalan que los casos más claros de control son los de China, Cuba, Venezuela, Corea del Norte, India o Irán. En estos estados, las autoridades disimulan poco a la hora de eliminar cualquier rastro de disidencia, pero eso no significa que otros gobiernos no lo hagan, sólo que son más sutiles en su control y en esquivar las reglas del juego de la libre expresión en la Red.

(Con datos de la Autoridad de Fiscalización y Regulación de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

“Resulta tonto pretender controlar las redes”

Se suele decir que el insulto es el único argumento del que no tiene la razón, o del ignorante. La mejor forma es educar a la gente. Hay que convencerla, mediante la razón y no por la fuerza, de que para exigir respeto a sus derechos de información, expresión y opinión tiene la obligación ética, moral y legal de cumplir también con sus deberes. Entre esas obligaciones, la de respetar los derechos de los demás.

Eso significa que hay que generar conciencia ciudadana de respeto a los principios, valores y las normas legales, en contraposición a la creciente tendencia a imponer posiciones en base a la fuerza, las movilizaciones masivas y los bloqueos. Hay que generar conciencia sobre el respeto a la institucionalidad. Y la formación de esa conciencia ciudadana debe partir del ejemplo de quienes ejercen el poder. Sólo si ellos cumplen sus obligaciones y deberes de manera ética, responsable y sobre todo en el marco de las normas legales tendrán autoridad moral y legitimidad para exigir el respeto de la ciudadanía.

La Constitución boliviana garantiza de manera expresa la libertad de información, de expresión y de opinión. Ese derecho se practica de cualquier manera. No existe norma que estipule de manera expresa de qué manera puede la gente ejercer ese derecho.

Al margen de la norma legal, se trata de uno de los derechos fundamentales de la vida en comunidad. Coartarlo viola no sólo un derecho constitucional, viola el derecho humano fundamental porque es inmanente al derecho de pensar del ser humano como tal. ¿Quién, con qué autoridad moral, ética o legal puede decidir qué debemos decir o qué debemos escuchar, o qué y sobre qué debemos opinar?

Los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos de otro. Uno puede opinar lo que quiera sobre lo que se le ocurra, siempre que esa opinión no afecte los derechos de otras personas. Y eso se refiere no sólo a los derechos legales, sino también (tal vez fundamentalmente) a las normas éticas, morales, de principios y de valores. Nadie tiene el derecho legal, moral ni ético de atropellar los derechos ajenos. Por eso existen normas que regulan el ejercicio de ese derecho.

El hombre ha encontrado desde siempre una forma práctica de comunicarse, desde que comenzó su vida en comunidad. Cuanto mayor sea el nivel de comunicación, mayor será la posibilidad de entenderse. Y será más fácil la vida en comunidad. Esa es la razón de ser de los medios de comunicación de masas. Aunque son relativamente nuevas, las Redes sociales tienen esa finalidad fundamental: satisfacer una necesidad humana. Desde ese punto de vista, son mayores las ventajas, es mayor la utilidad que prestan las Redes sociales a la vida en comunidad que los eventuales perjuicios. Desde el punto de vista cualitativo y sobre todo cuantitativo. Son sin duda más útiles que perjudiciales. Como todo lo que se crea y se maneja de una manera racional y sin preconceptos.

Por lo demás, resulta bastante tonto pretender controlarlas o eliminarlas. No lo pudieron hacer regímenes totalitarios y mucho más avanzados tecnológicamente. Habrá siempre la forma de eludir controles, censuras y cortapisas a las que son tan proclives algunas gentes.

(Juan León es Director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Periodistas)

“Cualquier control es una agresión”

Personalmente creo que los insultos comienzan donde terminan las ideas. Creo que la mejor herramienta que alguien puede tener para convencer a otra persona es a partir de las ideas. No hay otra fórmula. Yo no puedo obligar a que alguien me apoye; pero sí puedo convencerlo. Y una persona convencida de seguro te apoyará hasta lo último. Las crisis de liderazgo se dan cuando nos percatamos de que aquellos supuestos líderes no tienen ideas claras. Si esas ideas no los pueden siquiera iluminar a ellos, es impensable que puedan iluminar a otros.

La libertad de expresión siempre ha estado en la mira de aquellos que creen tener la verdad absoluta. Y los medios de comunicación siempre son una espina en el zapato, sin importar la época en la que se viva. Primero fue la prensa escrita, luego la radio, el cine y la televisión. Ahora son las Redes sociales. Los regímenes radicales siempre utilizan diferentes fórmulas. Entre ellas están el “comprarse” a los medios o a los periodistas, amedrentarlos o hacerlos desaparecer.

En el caso de las Redes sociales, estamos hablando de una masa inmensa, que no tiene una ubicación geográfica definida y que, además, crea conocimiento de forma colaborativa. Cualquier control que se quiera ejercer sobre las Redes sociales y sobre el contenido que en ellas se comparte es en sí una agresión a la libertad de expresión. La pregunta es: ¿Podrán hacerlo? ¿Se quedará el pueblo quieto o buscará nuevas plataformas para seguirse expresando? Creo que cualquiera que intente controlar el contenido que se difunde en las Redes sociales es porque no se ha enterado que vivimos en una nueva etapa, con un nuevo paradigma comunicacional.

El libertinaje es un término muy subjetivo, utilizado a veces a conveniencia por quienes ostentan el poder. En todo caso, los Gobiernos son los menos indicados para establecer un límite entre ambos términos. Creo que el pueblo es suficientemente inteligente para darse cuenta cuando alguien cruza los límites de la libertad de expresión.

Las Redes sociales han dado lugar a un nuevo paradigma de la comunicación. Antes de ellas, los medios masivos eran los grandes aglutinadores y difusores de la información. Actuaban como un ente que decidía qué era importante, cómo y cuándo se lo debía difundir. Con las Redes sociales, los medios son desplazados en cierta forma de esa función que cumplían casi de manera sacrosanta. Ahora, los usuarios de las Redes sociales tienen la capacidad de definir cuáles son los temas que a ellos les interesan. Las Redes sociales permiten que los ciudadanos de a pie le marquen la agenda a los medios de comunicación y, en algunos casos, a las mismas autoridades. Las Redes sociales se convierten en el nuevo “espacio público” a través del cual los ciudadanos se articulan por causas comunes. El mejor ejemplo fue lo que sucedió la semana pasada con el tema de la Manzana Uno. Fue a partir de las Redes sociales que el tema se puso en agenda. Fue a partir de ellas que la gente expresó su punto de vista. Fue gracias a las Redes sociales que se generó todo un movimiento que tuvo un efecto inmediato en los medios masivos de comunicación, en las autoridades y en el desenlace del suceso.

Como periodista independiente, las Redes sociales me dan la oportunidad de llegar a una audiencia a la que hubiera sido imposible llegar hace unos 15 años. Antes, tenías que trabajar en un medio para poder llegar a la audiencia. Ahora, las Redes sociales te dan la oportunidad de llegar y ser parte de la audiencia al mismo tiempo. A través de las Redes sociales se pueden crear y desarrollar contenidos de forma colaborativa, lo que sin duda cambia tu forma de hacer periodismo.

(Miguel Angel Souza es periodista independiente)


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