Religión por Twitter y Face

os cinco líderes religiosos más populares tienen redes sociales.

Guías espirituales cristianos, hindúes y budistas son algunos de los que se sumaron al boom de las redes sociales para acercarse a sus feligreses, quienes, al contrario de lo que se esperaría, miran a internet con muy buenos ojos.
Grandes figuras de las redes. Dalai Lama, el líder budista tibetano, es el primero de la lista cuando se trata de figuras religiosas que adoptaron las nuevas tecnologías para comunicarse con sus fieles. Abrió su cuenta en Twitter en 2010 y desde entonces tiene más de 3.000.000 de seguidores, igual que en su cuenta en Facebook. El papa Benedicto XVI tiene más de 13.000 fans en Facebook, y cerca de 82.000 en Twitter. La máxima autoridad católica también se sumó a las redes sociales. La presencia en éstas la usa como una forma de fomentar las visitas al portal noticioso del microestado vaticano.
Thich Nhat Han, el líder máximo del budismo zen, tuvo que salir de su estado de meditación para ingresar en los nuevos medios de comunicación y utilizarlos para motivos educativos y religiosos. Su cuenta en ambas redes sociales tiene más de 470.000 seguidores.
Guru Baba Rampuri recibió un amplio reconocimiento cuando en 1970 se convirtió en el primer extranjero en ser admitido en la Orden Hindú Juna Akhra. Desde entonces, se le considera como uno de los hindúes más importantes del mundo, tanto así que tiene mas de 3.000 seguidores en Twitter y Facebook.

5 de las religiones más importantes en el mundo cuentan con las redes sociales más famosas.

Cerca de los feligreses. El arzobispo de Canterbury y principal autoridad de la Iglesia Anglicana, Rowan Douglas Williams, tiene un blog personal que actualiza una vez a la semana, y donde habla sobre su vida diaria y los principales eventos oficiales en su residencia. A través de su canal en YouTube y su cuenta en Twitter, el eclesiástico se mantiene activo y muy cercano a sus fieles. Durante mucho tiempo, las autoridades religiosas se opusieron al uso de internet como un nuevo medio de comunicación o una tecnología que permita el desarrollo.