En un intento por embellecer el edificio de la empresa en la 1 Hacker Way de Menlo Park, California, los empleados pintaron en el techo un código QR que mide casi 13 metros de largo y puede verse desde el espacio.
El diseño fue llevado a cabo por ingenieros, diseñadores e integrantes del área de operaciones, quienes cumplieron las órdenes de Mark Pike, líder del equipo de propiedad intelectual.
La idea de la pintura en la azotea surgió luego de un comentario de Mark Zuckerberg, quien llamó a sus empleados a participar en un Space Hackathon para decorar las nuevas oficinas.
Así, Pike decidió llevar el concepto a otro nivel y se decidió a pintar el código gigantesco, que ahora se puede escanear desde un aeroplano. Este tipo de codificación da acceso a contenidos online.
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