Un perfil falso que se crea utilizando el nombre, foto e información personal de otra persona, son un claro ejemplo de bullying cibernético. La víctima puede empezar a recibir mensajes ofensivos y amenazantes. Es una variante del bullying o acoso escolar. Pero en este caso se utilizan medios electrónicos, como la computadora y el celular, para acosar, intimidar y agredir psicológicamente.
Otros ejemplos consisten en subir a las redes sociales fotos (reales o fotomontaje) comprometedoras de las víctimas, suplantar la identidad de alguien en foros o chats y escribir mensajes ofensivos o ingresar a las redes (correo, Facebook, Twiter) de una persona sin su consentimiento y cambiar sus claves. El uso de las redes es cada vez mayor. Por eso también se multiplican estas actuaciones lesivas.
Sin embargo, la falta de información sobre las consecuencias y el daño que puede causar resulta un inconveniente para tratar de solucionar este problema. Cabe señalar al respecto que uno de los mayores peligros radica en que los pederastas también utilizan estos medios para buscar a las víctimas.
Se trata de saber detectar las situaciones de acoso y cómo protegerse, fundamentalmente en las redes sociales. La Fundación Libertad y Desarrollo Internacional trabaja en la actualidad para difundir este tema. Víctor Rodríguez, representante de la fundación, considera "preocupante” que por lo general no se conocen los conceptos relacionados con este tipo de bullying.
"Estamos muy atrasados con respecto a otros países. La falta de información hace que la población sea más vulnerable”, añade Rodríguez. Está comprobado que, en la mayoría de los casos, los efectos nocivos son fundamentalmente psicólogicos.
Pero no hay datos aún sobre el número de afectados o denuncias. Adalid Rivera, miembro de la fundación, recuerda el caso de una niña de 13 años en Cochabamba que denunció que un contacto del Facebook la "indujo” a hacerse fotos desnuda y enviársela supuestamente con el objetivo de acceder a un viaje a EEUU con un grupo musical.
A pesar de que se localizó, a través del IP del ordenador, a los autores de este bullying, el vacío legal que existe al respecto supuso que no recibieran ningún tipo de sanción, salvo firmar una serie de garantías.
La fundación elabora una propuesta con el objetivo de plantear la creación de un reglamento que consideran necesario para regular y acabar con este acoso, siguiendo el modelo de países como España.
La base fundamental es que se reconozca la responsabilidad de los padres. También recomiendan que los centros escolares reformen sus reglamentos en este sentido.
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