Los populares autorretratos no solo servirán para dejar un registro del paso del tiempo por la cara en todos los lugares a los que se visita.
Como la fisonomía es única e irrepetible, los selfies pueden convertirse incluso en la contraseña de la tarjeta crédito. Al menos eso es lo que pretende la empresa MasterCard.
La compañía anunció en el Mobile World Congress que aceptará tanto selfies como huellas dactilares para realizar pagos online. El servicio estará disponible en este venidero verano en Estados Unidos, Canadá, y varios países europeos, como Italia, Francia, Países Bajos, Reino Unido, Alemania o España.
Para utilizarlo, el cliente solo tendrá que descargar una app en su ordenador, tablet o smartphone. Después, solo deberá mirar a cámara o hacer uso del sensor de huellas dactilares en caso de que su dispositivo disponga de él. Eso sí, al menos de momento el cliente tendrá que seguir dando los detalles de su tarjeta de crédito. Cuando se requiera una autenticación adicional, podrá utilizar esas alternativas.
De esta forma, MasterCard intenta acabar con las falsas transacciones que se realizan con las contraseñas al mismo tiempo que ofrece un sistema más cómodo a sus usuarios. De hecho, la compaña asegura que el 92 por ciento de participantes en los test del nuevo servicio se decanta ya por esta alternativa en lugar de por la tradicional contraseña.
Aunque los expertos en seguridad biométrica ya han augurado que la biometría facial, de iris, de huellas dactilares o de voz es el futuro, la propuesta de MasterCard ha reabierto el debate sobre la seguridad de que los selfies sean la contraseña del futuro.
De hecho, ya hay quien se pregunta cómo se protegerá la información para evitar que un ciberdelincuente pueda hacerse fácilmente con la huella dactilar o con los datos faciales de un usuario durante la transacción si el comprador la realiza conectándose a una wifi pública de forma imprudente.
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