El experto en Derechos Humanos en la Sociedad de Información Eduardo Rojas asegura que “la violencia digital es cada vez más atemorizante”. Existen varias formas en las que se pueden cometer delitos en Internet o a través de la conectividad de los celulares inteligentes o “smartphones”, así como son variadas las formas en que uno puede llegar a ser víctima. Se identifica a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes como los más vulnerables a este tipo de ataques y son ellos quienes deben entender mejor cómo sucede y quiénes podrían ser los agresores. “No hay siquiera la posibilidad de controlar el Internet como quisieran los padres de familia o las autoridades”, dice el experto.
La psicóloga Miriam Cristina Rojas, quien ha estudiado este problema en tres municipios de Cochabamba, asegura que niños, niñas y adolescentes tienen un “comportamiento de riesgo digital muy marcado”. Observa que se está viendo una reproducción de todos los modelos de violencia, a través del uso de las nuevas tecnologías como son el celular y el internet.
“Las nuevas generaciones están haciendo un uso inadecuado de estas herramientas que podrían ser utilizadas de manera más constructiva y positiva”, afirma.
Uno de los ejemplos es el caso sucedido hace unos días, cuando una joven universitaria de la ciudad de El Alto fue asesinada por desconocidos que la contactaron a través del Facebook.
CAMBIOS El hecho es que la vinculación y uso de instrumentos digitales no implica solo un cambio tecnológico en la vida de las personas, sino un cambio de la cultura misma y, con ello, una nueva forma de violencia digital. Las mujeres, la juventud y la población de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (GLBT) las más afectadas. Así lo confirma el estudio “Por un abordaje transdisciplinario de las violencias en la sociedad de la información boliviana”, realizado por Miriam Cristina Rojas y Eduardo Rojas, responsables del Programa Enredominio y Fundación REDES, respectivamente.
La investigación, desarrollada en los municipios de Cochabamba, Colcapirhua y Tiquipaya aborda un problema novedoso en la sociedad boliviana: la violencia digital.
Este tipo de agresión es una “flagrante y sostenida vulneración de derechos ejercida en el entorno on-line en contra de personas y colectivos, a través de dispositivos nuevos como la telefonía móvil, televisión digital, plataformas de comunicación electrónica, servicios de comunicación interpersonal y redes sociales, así como todo el universo de servicios disponibles en internet”, dice el resumen del estudio.
FACEBOOK Según los datos sistematizados, hasta septiembre de 2013 en Bolivia Facebook tenía 2.4 millones de usuarios (44 por ciento mujeres y 56 por ciento hombres). De ese total, 820 mil cuentas pertenecen a adolescentes y jóvenes con edades entre los 13 a 28 años.
Miriam Rojas cuenta que hace tres años comenzaron a hacer un seguimiento del uso de nuevas tecnologías en niños, niñas y adolescentes. En ese lapso pudieron constatar que “existe un vacío en políticas de protección a la niñez y adolescencia (y) en la capacitación de profesionales enfocada al buen uso de estas tecnologías en la escuela y en la familia”. Frente a esto están los padres y maestros totalmente desorientados en el uso de estas herramientas, porque le temen a la tecnología.
USOS El trabajo de campo en los tres municipios cochabambinos mostró un uso comercial de los medios digitales concentrado en la moda, la música y la violencia.
Miriam Rojas observa que hay pérdida de tiempo porque los usuarios, en este caso escolares, no están aprendiendo nada y desconocen sus derechos. Por ejemplo, no saben cuidar su privacidad, permiten que se vulnere el derecho a la privacidad y la intimidad, no saben que cuando están publicando fotografías, se están exponiendo a una serie de riesgos en internet, dice la psicóloga Rojas.
VENTAJAS Un buen uso de esa herramienta digital puede tener ventajas en la formación del conocimiento y como estímulo de procesos de reflexión y análisis en los adolescentes. Utilizar adecuadamente las herramientas digitales es responsabilidad de padres, maestros, estudiantes, y funcionarios de instituciones privadas y públicas.
Peligros.
Diferencias
La percepción del riesgo es menor entre hombres que entre las mujeres, posiblemente esto se deba a la cultura patriarcal que enseña desde pequeñas a las niñas a cuidarse de hablar con desconocidos.
Contactos
El porcentaje de estudiantes que afirma que "está mal contactar desconocidos" es bajo: solo el 19.90 por ciento de hombres y 35 por ciento de mujeres en Cercado.
En Colcapirhua, el 15,50 por ciento de hombres y 26,10 por ciento de mujeres desconfía de los nuevos contactos; y el 7,40 por ciento de hombres y 11,30 por ciento de mujeres en Tiquipaya.
Celulares
En el Cercado el 78,10 por ciento de los estudiantes y el 75,50 por ciento de mujeres tienen celular.
El 43,60 por ciento de los hombres y el 40,60 por ciento de las mujeres tienen este aparato desde los 10 a 13 años de edad.
Hay una clara tendencia a la reducción en la edad en que se obtiene el primer celular. Este fenómeno exige una educación para la prevención desde los primeros cursos de escuela.
Los amigos por internet
Un elevado porcentaje de hombres (49.60 por ciento ) y de mujeres (34,20 por ciento ) del Cercado afirma que conoció a una persona por internet. Y el 31,10 por ciento de hombres afirma haberse encontrado con esa persona, mientras que en el caso de las mujeres, el 16,80 por ciento declara haberse encontrado en persona con su contacto de internet.
En el municipio de Colcapirhua, el 63,90 por ciento de hombres afirma que conoció a alguien por internet, mientras que el 38,70 por ciento de las mujeres incurrió en la misma práctica. Al momento de consultarles si se encontraron en persona con sus contactos on line, el 42,40 por ciento de los hombres lo hizo, y el 20,30 por ciento de las mujeres se encontró en persona con una contacto.
Tiquipaya también presenta porcentajes elevados: el 52,40 por ciento de los estudiantes varones conoció a alguien en internet, mientras que el 30,50 por ciento de los mismos chicos se encontró en persona con un contacto.
En el caso de las mujeres, el 31,70 por ciento conoció a alguien por internet y el 23 por ciento se encontró en persona con un contacto de la red.
Libre acceso a la pornografía y alto consumo del producto en cibercafés
Cerca de cada centro educativo de las ciudades de Cochabamba, Colcapirhua y Tiquipaya se encuentra entre 3 a 7 cibercafés. Esos establecimientos operan sin cumplir normas municipales, sin servicios de seguridad ni software de protección sobre contenidos nocivos. Cada vez hay más casos de atención las 24 horas a puerta cerrada.
El acceso a contenido pornográfico es generalizado entre hombres y mujeres adolescentes, lo que no está acompañado de iniciativas de educación sexual en unidades educativas ni en el hogar.
Algunos centros educativos de Cochabamba denunciaron “excesivo consumo de pornografía entre adolescentes” y, en otros casos, se registran consultas a profesionales por la adicción de adolescentes al consumo de pornografía, lo cual es un problema de salud mental y de salud pública. Las personas adictas a estos productos pierden el control de sus impulsos y la sensibilidad ante la violencia.
ACCESO El 43 por ciento de hombres y mujeres acceden a internet en su hogar, lo que demuestra cierta igualdad o democratización en el acceso en casa.
En cuanto al uso de internet en lugares públicos, el 40 por ciento de hombres lo hace en el cibercafé y solamente el 26,1 por ciento de mujeres. Esto demuestra que la tendencia en la construcción del espacio público ahora denominado "cibercafé" es predominantemente masculino.
El 52,31 por ciento de hombres del Cercado tiene cuenta en Facebook y 36,31 por ciento de mujeres. En Colcapirhua 52,17 por ciento de hombres tiene cuenta en esa red social y mientras que el 37,37 por ciento de mujeres. En Tiquipaya el 39,66 por ciento de hombres tiene su cuenta y el 30,25 por ciento de chicas está registrada en esta red social.
En el Cercado, el 30,98 por ciento de estudiantes hombres prefiere chatear con amigos, 24,12 por ciento chatea con familiares; 20,17 por ciento conoce amigos y 10,19 por ciento chatea con desconocidos. En el caso de las mujeres, el 31 por ciento chatea con amigas, 25,87 por ciento con familiares, 17,87 por ciento usa Facebook para conocer amigos y 11,47 por ciento chatea con desconocidos. Llama la atención el porcentaje de estudiantes que prefiere "conocer amigos" y "chatear con desconocidos", pues esta actitud la asume aproximadamente el 30,36 por ciento de hombres y el 29,34 por ciento de mujeres, lo que muestra un comportamiento de riesgo.
Consejos para proteger la imagen online
Las organizaciones que defienden los derechos de los usuarios en las redes aconsejan ingresar a la página web: http//www.cuidatuimagenonline.com
Allí se encuentran recursos educativos online sobre cuestiones relativas al manejo de la imagen y la privacidad por parte de niños, niñas y adolescentes en internet y con la telefonía celular. La página es promovida por un conjunto de instituciones y organizaciones de distintos países iberoamericanos, con el apoyo de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) y la RIATE (Red Iberoamericana de TIC y Educación).
Allí se puede encontrar respuestas sobre cuánto se conoce de privacidad y datos personales y si se sabe manejar la imagen en la red.
También se informa sobre el sexting y cómo evitar las malas pasadas con la webcam. Hay además juegos y videos didácticos sobre privacidad, así como enlaces de interés.
Con la masificación de los teléfonos inteligentes (que son prácticamente pequeñas computadoras portátiles) es posible acceder a servicios de internet desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que ha instaurado un nuevo fenómeno denominado "hiperconectividad" que muestra que muchas personas están conectadas a muchos servicios en internet al mismo tiempo. Asimismo, es posible identificar el lugar desde el que se conectan las personas, ya sea el hogar, un cibercafé o un teléfono móvil: "todo deja rastros".
La investigación “Violencia digital en Cochabamba” aborda los principales cambios que atraviesa la sociedad boliviana. Los autores Eduardo Rojas y Miriam Rojas afirman que no se trata solo de un cambio tecnológico. Indican que está cambiando la cultura misma: hay nuevas formas de trabajo basadas en el conocimiento como la programación, el mantenimiento de equipos, la recuperación de información o la creación de noticias o la producción audiovisual con celulares. También está cambiando la ética, los valores y los criterios que permiten delimitar lo bueno de lo malo, lo que se ejemplifica con el uso de múltiples identidades en el entorno on-line.
En la investigación se muestra cómo además las nuevas generaciones combinan la vida real y virtual: tienen contactos en todas partes del mundo, se mueven en diferentes horarios y prácticamente están conectados todo el tiempo a internet desde sus celulares. Cada vez se vuelven más dependientes de estas herramientas pero con una característica fundamental: siempre son consumidores pero no productores de información.
El libro señala enfáticamente que para las empresas que brindan servicios en internet –desde correo electrónico, videojuegos, redes sociales, entretenimiento, etc.- todas las personas son consideradas como bases de datos móviles, pues en todo momento se guardan registros del consumo de información lo que permite vender publicidad u ofertar productos de interés a la medida de cada persona.
Los autores muestran cómo las empresas basadas en internet consideran la información personal como "mercancía", originando un nuevo fenómeno económico "la cosificación de la subjetividad", pues con la acumulación de toda la información personal del correo, redes sociales y usos del celular, es posible conocer prácticamente toda la vida íntima de cualquier persona; y esa información, es comercializada.
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