jueves, 15 de mayo de 2014

El lado oscuro del “sexting”

Imagina que recibes un mensaje de texto, de cualquiera de tus contactos, pidiendo la clave de tu cuenta bancaria, ¿La enviarías? La respuesta correcta es: por supuesto que no. Cualquiera de tus claves está en el rango de información privada y valiosa, que solo tú debes tener. Si esa información es tan preciada para nosotras, y tan cuidada, ¿por qué sería menos reservada una imagen de nuestro cuerpo?

¿Te das cuenta de que tú y tu cuerpo merecen más cuidado que la clave de tu cuenta bancaria?

Aunque se trate de la persona a la que amas en ese momento, no se sabe qué actitud puede tener tras una ruptura de la relación, el resentimiento e impotencia son muchas veces la gasolina para cometer torpezas e indiscreciones.

Abuso

“Conoces a la persona con la que te casas, pero no con la que te divorcias”, dice Cecilia, quién a sus 34 años y después de una separación fue víctima del lado oscuro del “sexting”.

“Yo trataba de reavivar la relación, alguna vez le envié fotos provocativas, obviamente las guardó, al terminar nuestro matrimonio comenzó a exponer mis fotos. Soy la madre de sus hijos y no ha dudado en exponerme en su grupo de Whatsapp, él envío mis fotos y sus amigos las enviaron a sus amigos, uno de mis tíos vio esas imágenes, que estaban reservadas para el que era mi esposo, fue una vergüenza. No quiero que mis hijos vean esas fotos”, cuenta.

El caso de Cecilia es uno entre muchos que se están registrando en nuestro medio. Lo más alarmante son los casos de menores que se están registrando en la Defensoría de la Adolescencia, todo a raíz del envío de fotografías con tono sexual, una mala moda que puede causar daños irreparables.

Pero ¿Qué motiva a una mujer u hombre a enviar fotografías de cuerpo desnudo?

Según dice la psicóloga Magdalena Turcios en la página sexting.es, la mayoría de jóvenes que participan en el “sexting” carece de amor propio.

“Si analizamos por qué se da tanto el envío de imágenes y videos provocativos entre ellos, observamos que hay mucha carencia afectiva y baja autoestima.

Es esa falta de sentirse valorado por el mundo externo, esa falta de valoración que no puede darse a sí mismo, la que hace que necesite que los demás se la den, es lo que lleva a un joven a poner pornografía, o verse involucrados en acciones que pueden afectar su integridad como ser humano”, explicó.

Peligros

Algunos peligros con los que se encuentran los jóvenes y no tan jóvenes en internet tienen que ver, como tantas veces, con el anonimato que otorga el medio y con el exceso de confianza. Entre estos está el ‘Grooming’, que sucede cuando un adulto contacta de forma sistemática y deliberada y sostenida en el tiempo con un menor a través de medios telemáticos; puede ser el correo electrónico, por SMS, a través del chat, una red social. Su intención es establecer una relación y control emocional sobre este menor y preparar el terreno para un abuso sexual.

“El adulto va a intentar quedar presencialmente. En ocasiones se hace pasar por un menor; el acercamiento es muy despacio, no se nota que haya una coacción o un engaño. El agresor teje una tela de araña para intentar conseguir una imagen comprometida del menor y a partir de esta imagen chantajearle con publicarlas o mostrarla a sus padres”, sostiene la psicóloga.

El ‘Sexting’ es la difusión o publicación a través de un dispositivo tecnológico de contenidos, principalmente foto o vídeo, de tipo sexual producido por el propio remitente y enviado voluntariamente.

No es un fenómeno sólo de menores, también lo practican los adultos pero el peligro está en la escasa percepción de riesgo que tienen los jóvenes. Las redes sociales tienen la capacidad de hacer que las puertas de nuestro hogar desaparezcan si no supervisamos. /



Advertencias

La práctica del sexting implica diversos riesgos de carácter psicológico, legal e incluso de la integridad física de los participantes. Muchos de sus practicantes son menores de edad y no son conscientes de ellos: es el deber de los padres y educadores advertirlos.



Responsables

Los padres, como responsables legales son los que tienen que ayudar a dar los pasos para detener un abuso cibernético, lo más probable es que necesiten la ayuda de un profesional.



Acosadores

Un/a menor que se fotografía en actitudes sexuales puede sugerir una precocidad sexual a ciertas personas a las cuales les llegue la fotografía o vídeo, y provocar el deseo de un encuentro lo que implica un posible abuso o corrupción del/a menor o exponerles a un chantaje de tipo sexual relacionado con el denominado grooming.





NO ES EL MEDIO ES EL FIN

No es el medio el que corrompe, sino su mal uso. La buena gestión de los contenidos de internet es la clave. Las principales amenazas que atentan contra los jóvenes en la red se centran en el exceso de uso, el acoso y en el anonimato que encierra.

“La adicción al medio, las amenazas a su privacidad, la suplantación de identidad, el ciberacoso todo ello aderezado con el anonimato propio de la red, provoca un sentimiento de indefensión en el joven”, afirma Diana Díaz, psicóloga y subdirectora del Teléfono ANAR de la Fundación ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo.

El acoso se ha traspasado de las aulas a la red, donde el anonimato con el que actúa el agresor hace que se incremente la posibilidad de persecución.

“Las nuevas tecnologías son un arma muy peligrosa para el acoso escolar; insultan, se burlan, difunden rumores o publican contenidos ofensivos en relación a la propia víctima o a su familia, o suplantan su identidad”, asegura la psicóloga.



QUICKIE

“Yo le he dado pie; es común que lo piensen. Una de las primeras cosas que debemos hacer es desculpabilizar, desde la culpa es muy difícil salir de la situación”, señala la psicóloga Diana Díaz.

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