Atrás quedaron los días en que las pandillas juveniles se reunían, invariablemente, en plazas o lotes baldíos de Cochabamba para planear sus fiestas, diseñar sus estrategias para el dominio de “su territorio” o para desafiar a quienes se atrevan a pasar por “su zona”. En este tiempo, los integrantes de estos grupos delictivos se comunican y reclutan a nuevos miembros a través de internet.
Hoy en día, las pandillas cochabambinas viven, se fortalecen y se expanden en un mundo virtual que ha facilitado y potenciado su sistema de comunicación y que se ha convertido en una vitrina subterránea para mostrarse, ante sí mismas y sus rivales, como grupos poderosos y temibles.
La “ventaja” que ofrece el internet a estas pandillas es que la configuración de los grupos secretos en las redes sociales les asegura un crecimiento casi invisible y “silencioso” en la sociedad.
Una investigación de este diario corroboró que las citas, las solicitudes de membresía, los anuncios de fiestas o de bautizos a los nuevos, los pensamientos, las metas, las arengas sobre la unidad grupal, las amenazas y hasta los desafíos a sus rivales actualmente “viajan” hasta sus destinatarios a través de internet.
Uno de los ejemplos más evidentes es el grupo secreto formado en Facebook por la pandilla Chicos de los Andes (CH.D.L.A.)
“Hola cumpas, el día jueves habrá reunión de Los Chicos de los Andes (CH.D.L.A) urgente para hablar del Corso de Corsos, del Corso de la avenida Suecia y acerca de los bautizos de los nuevos y nuevas que quieren entrar a la Mara, llámenlos al Latini o al Misi”, es uno de los avisos publicados en el grupo secreto que ya cuenta con 587 miembros.
La pandilla se define como una Mara. Esta palabra proviene de “marabunta”, que es un grupo de hormigas migratorias que se caracterizan por arrasar con todo lo que hallan a su paso.
Las maras son organizaciones transnacionales de pandillas criminales asociadas e integradas por migrantes latinos que se formaron en Los Ángeles, Estados Unidos. Muchos de sus miembros fueron deportados a sus países natales donde continuaron con sus actividades delictivas. La virulencia del accionar de estas maras (roban, secuestran y matan) ha hecho que expandan su negocio. El grupo más grande tiene 70 mil miembros en América Latina y se llama Mara Salvatrucha (MS-13). Esta mara fue contratada en México por narcotraficantes del Cártel de Sinaloa para contrarrestar a Los Zetas, con los que mantienen una guerra en la frontera de Estados Unidos.
Las pandillas en Cochabamba tratan de imitar a las maras extranjeras. Varios líderes y miembros de Los Chicos de los Andes son investigados por matar a dos rivales de otras agrupaciones. Dos de los sospechosos están detenidos preventivamente.
Las investigaciones preliminares en el caso del asesinato de El Ruso, un integrante del grupo Gígolos y ADX, rivales de Los Chicos de los Andes, revelaron que esta agrupación es contratada por una conocida dirigente para infiltrarse en marchas de protesta o en conflictos sociales, con el fin de intimidar a grupos contrarios, hacer destrozos y provocar violencia. Participaron, por ejemplo, en los enfrentamientos que hubo en la Universidad Mayor de San Simón en un acto electoral.
La dirigente, a la que llaman La mamita de los Andes, los apoya, y si caen aprehendidos acude a sus audiencias y paga a los abogados para que los defiendan. Acceder a la página del grupo Los Chicos de los Andes, en Facebook, es difícil porque está configurado bajo el rótulo de “cerrado”, pero sí se puede conocer sus actividades entrando a los muros de sus miembros, donde publican fotos en las que aparecen haciendo signos con sus manos en alusión a los Vatos Locos, armados de bates de béisbol, bebiendo de baldes, fumando o aspirando una sustancia blanquecina, parecida a la droga, en el piso.
En el muro del líder de Chicos de los Andes existen amenazas contra los Gígolos tales como “Para que vean hijos de p... no pudieron c.... ahora c... basuras Gígolos”, “Perros, son perros así, poco a poco me están pidiendo disculpas diciendo que nada que ver, solo algunos nombres se salvarán, los demás c....Gigolos una polla basuras”.
Dante Reyes, el abogado de la familia de El Ruso, relató que según las pesquisas, esta pandilla se reúne los días miércoles y sábados, cerca del Cine Center, en el Hipódromo o en locales. Ingresar a los muros de algunos de sus miembros es difícil porque han creado códigos y signos para disfrazar sus identidades. Usan dos puntos sobre las vocales de sus nombres y apellidos, por ejemplo: Dännÿ Villäfüërtë.
Hombres y mujeres integran el grupo y se someten a bautizos que son dirigidos por el líder. El lenguaje con el que se refieren a las mujeres es machista, como si ellas fuesen de su propiedad. Frases como “Somos los CH.D.L.A y a las chicas que tenemos las volvemos p....”. Sin embargo, las jóvenes no se sienten ofendidas y más bien ruegan por fiestas.
Según el testimonio de un miembro de CH.D.L.A salen a pelear con otros grupos, armados de cadenas, cuchillos, bates e incluso armas de fuego. La misma persona dijo que integran la pandilla los dos hijos de un “pesado” delincuente que purga una condena en una cárcel de Cochabamba.
Como esta pandilla, existen varias agrupaciones que están usando el internet para expandirse y organizarse, sin que las autoridades lo sospechen siquiera.˚
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