Google Glass todavía está lejos de ser un producto comercial, pero ya se enfrenta a sus primeros problemas legales. Al menos, en Reino Unido, donde el gobierno no va a permitir usar Google Glass para conducir, según han podido saber en Stuff. Y lo cierto es que no sorprende, pues podría ser una distracción similar a los teléfonos móviles. Pero tampoco es comprensible que se quieran adelantar al propio lanzamiento del producto, que todavía no ha demostrado ser más peligroso que un GPS. Al parecer, el Departamento de Transporte ya ha comenzado el proceso para prohibir la utilización de Google Glass para conducir. En principio se aplicaría la legislación vigente, que ya penaliza las distracciones al volante. En principio, no debería suponer un gran problema para Google, ya que el fin de las gafas no es mejorar la conducción. Sin embargo, podría acabar con uno de los usos más prácticos.
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