La impresión 3D se ha convertido en una tecnología que tiene muchísimo potencial y, sin duda alguna, atrae el interés de agencias espaciales como la NASA o la ESA y abre la puerta al desarrollo de nuevos modelos de fabricación de recambios, repuestos e, incluso, la construcción de viviendas en tiempo récord. Esta técnica de fabricación de objetos tridimensionales también se ha popularizado mucho entre los aficionados al do-it-yourself y las mentes más afines a la cultura hacker; un caldo de cultivo que ha servido para que un proyecto de Kickstarter, llamado 3Doodler, haya recaudado en apenas un día 6 veces más del presupuesto fijado para lanzar el proyecto. ¿Y qué tiene de especial este proyecto? 3Doodler nos plantea un singular dispositivo: un bolígrafo para pintar en 3D.
¿Pintar en 3D? Aunque pueda sonar bastante raro, 3Doodler viene a cubrir el gap existente en el ámbito de la impresión 3D: no todo el mundo tiene a su disposición una impresora 3D o tiene acceso a un servicio de impresión a pesar que cada vez se hace más popular esta tecnología y podemos encontrar modelos a precio algo razonables. El planteamiento de 3Doodler es bien sencillo, imaginemos que sostenemos un bolígrafo y nos ponemos a dibujar sobre un papel con la particularidad de que nuestro bolígrafo proyectará una especie de gel plástico que se irá endureciendo en el aire y, por tanto, nuestro dibujo se materializará en un objeto físico.
La gracia del proyecto, que llega de la mano de dos diseñadores de juguetes (Peter Dilworth, que procede del MIT Media Lab, y Max Bogue), es que pretende salir al mercado por 75 dólares y, para hacer las cosas más sencillas todavía, se alimentará del mismo material plástico que usa la impresora 3D Makerbot. Además, 3Doodler huye de la senda del uso de archivos CAD (que es lo habitual) y da rienda suelta a la imaginación del usuario para que trabaje "a mano alzada" y genere, rápidamente, prototipos y bocetos en 3D o, directamente, se lo pase bien jugando con el dispositivo.
3Doodler tiene una pinta estupenda y, la verdad, es que ha calado perfectamente en Kickstarter porque en apenas un día (que es lo que lleva colgado en esta plataforma de crowdfunding), el proyecto ha recaudado algo más de 6 veces el valor objetivo gracias a las contribuciones de más de 2.200 personas que han visto el potencial que puede tener este producto.
Multiplicar por 6 la recaudación prevista y hacerlo en menos de un día nos puede servir para hacernos una idea de la popularidad de la impresión 3D y la necesidad de democratizar, aún más, el acceso a esta tecnología que, gracias a 3Doodler, podría estar accesible por un coste muy bajo.
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