Señaló la importancia de buscar información sobre el juego y su riesgo. Como primera medida determinaron que los psicólogos de los establecimientos se capaciten.
Después, serán ellos quienes apoyen a los padres y a los estudiantes con talleres preventivos. Expresó su preocupación por la influencia de las redes sociales en los adolescentes.
El director de la Dirección Departamental de Educación (DDE), Lorenzo Cruz, adelantó que el 12 de mayo se realizará el Consejo de Educación para asumir tareas de prevención en todos los colegios.
Durán y Cruz coincidieron, por separado, que los principales aliados para evitar que los chicos caigan en el reto son los padres de familia quienes deben recuperar la comunicación con sus hijos y fortalecer los vínculos afectivos.
El ministro de Educación, Roberto Aguilar, informó que se emitirá un instructivo nacional para que los directores y profesores estén atentos a posibles casos.
La directora de la Dirección de Género y Generacional de la Alcaldía, Andrea García, dijo que se cuenta con un equipo interdisciplinario para intervenir en las unidades educativas.
García señaló la importancia de que los padres estén informados sobre los riesgos “reales” del juego.
Sostuvo que en los casos de sospechas de que los menores participen de los grupos deben ser guiados a las defensorías. “Si hay resistencia, nosotros asumimos la responsabilidad de llegar hasta los domicilios para intervenir”.
Alerta
Las señales de alerta son demasiada privacidad con sus teléfonos celulares y computadoras y aislamiento.
RECOMENDACIONES PARA LOS PROGENITORES
1. Se tiene que promover relaciones familiares con calidez, comprensión y comunicación porque llenar estas carencias es la estrategia usada por los “curadores”. Se debe hablar con los hijos sobre los riesgos y consecuencias de acceder a este tipo de desafíos.
2. La comunicación y el acompañamiento son las herramientas más poderosas dentro de la familia. Hay que escucharlos, pero no se los debe interrogar. Los adolescentes tienen mucho que decir y no se aprovechan los espacios de diálogo.
3. Hay que estar atentos a cambios inesperados en la conducta de los hijos y sus horas de sueño. También sobre sus hobbies o nuevas amistades. El acceso a las redes sociales, cada vez está más al alcance de niños, niñas y adolescentes.
4. Se tiene que limitar el uso de los dispositivos móviles a la hora de dormir. Debe controlarse las horas de descanso donde los padres no están cerca de los adolescentes. En esos momentos es cuando los menores se vuelven más vulnerables.
5. Si los padres no quieren que sus hijos tengan al juego la “Ballena Azul” se lo puede hacer mediante un control parental. Se trata de la implementación tecnológica que se lo puede hacer en los hogares y también en las unidades educativas.
6. Si los padres sospechan de que sus hijos ingresaron al “juego”, deben buscar apoyo en las Defensorías de la Niñez y Adolescencia y la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, que realizan un trabajo coordinado de prevención.
No hay comentarios:
Publicar un comentario