lunes, 8 de mayo de 2017

Hay más dudas que certezas en la trama de la Ballena azul


Cuando en mayo del año pasado un reportaje del periódico Novaya Gazeta de Rusia vinculó -sin pruebas- el suicidio de 80 adolescentes con un juego en línea, se desató un fenómeno viral que once meses más tarde puso a las autoridades de varios países, Bolivia entre ellos, en ‘alerta máxima’.

Ballena azul, el nombre del juego que según informaciones no confirmadas está llevando a la muerte a miles de jóvenes a lo largo y ancho del planeta, parece no ser más que una leyenda urbana que, con la propulsión que dan las redes sociales, atravesó fronteras y desató la sicosis colectiva.

De acuerdo con los rumores, el primer paso del juego consiste en entrar a grupos privados en las redes sociales, en los que la única norma es seguir las instrucciones de un ‘curador’ que marca retos durante 50 días. Estos van desde mirar una película de terror en la madrugada, cortarse la piel con tajos en forma de ballena (igual que en la foto) y lanzarse por una ventana, como última prueba y acto de vida.

Cómo surge
Snopes, una página que revisa contenidos en línea para desmentir información falsa (y es uno de los portales con los que trabaja Facebook para evitar la difusión de bulos) rastreó el caso:

El reportaje publicado por Novaya Gazeta (sobre suicidios que ocurrieron en Rusia entre noviembre de 2015 y abril de 2016), despertó el interés y la polémica. Algunos medios refutaban los datos de la investigación acusando al diario de sensacionalista y señalando que faltaban pruebas para relacionar un juego con las muertes. Incluso dos periodistas del medio fueron sancionados por ese artículo.

Más tarde, en noviembre de 2016, las autoridades rusas detuvieron a un joven de 21 años, llamado Philipp Budeikin, al que acusan de promover suicidios en internet y haber creado, entre otros, el juego de la Ballena azul.

Pero sobre su arresto tampoco hay consenso: mientras el Comité de Investigación de Rusia cree que el joven organizó el juego para que los adolescentes se quitaran la vida, la oposición asegura que el Gobierno ruso utiliza esta información para limitar el acceso a internet y que el juego en realidad nunca existió.

Por su parte Budeikin, aún sin sentencia, señala que si bien era el administrador del grupo, se trataba de una broma y que su objetivo era conseguir más seguidores, según explica una nota publicada en la cadena BBC.
De esa forma, una noticia cuya veracidad no fue comprobada, pasó a los medios anglosajones y luego a los hispanos –como si se tratara del juego del teléfono descompuesto- causando miedo e incertidumbre.

Supuestos casos en Bolivia


“Todo parece indicar que es una falsa alarma, una broma macabra para infundir temor, pero no hay realmente casos concretos que se hayan producido en Bolivia”, explicó a EL DEBER el ministro de Gobierno, Carlos Romero.

La semana pasada, se informó que una persona en Potosí estaba involucrada en el juego suicida pero, en palabras de Romero, el caso fue descartado porque los cortes -que en primera instancia se consideraron una de las pruebas del juego- no eran más que un tatuaje con forma de ballena. Otros supuesto casos, aparentemente ocurridos en Santa Cruz y Cochabamba, estaban en investigación al cierre de esta edición.

Ausencia de pruebas

Uno de los requisitos de Ballena azul sería borrar las fotos y los mensajes a medida que se superan las pruebas. Este es uno de los motivos por los que no se puede desmentir las alarmas, ya que la ausencia de pruebas se convierte, per sé, en una prueba (con el argumento de que “han borrado las fotos porque así funciona el juego”).

El ministro de Gobierno indicó que las autoridades bolivianas seguirán investigando los supuestos grupos que promueven esta práctica en las redes sociales. Pero, al no tener pruebas de la autenticidad del juego -y tampoco de su inexistencia-, cabe tener los cuidados que se tiene cada vez que un menor entra en internet como revisar los contenidos y las personas con las que se contacta.


Mientras tanto, Facebook toma cartas en el asunto. La semana pasada contrató a 3.000 personas para buscar contenidos falsos y crímenes en la plataforma.

Los anti Ballena azul


Una búsqueda en redes mostró que no existen grupos visiblemente relacionados al juego en Bolivia. No obstante hay al menos dos grupos que están en contra del juego. Los ‘anti Ballena azul’ son, por ahora, la única certeza del juego.


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