Mientras miles de jóvenes clónicas hacen lo imposible por ganar un nuevo ‘like’, esta abuela estadounidense se ha convertido en la reina más longeva y seguida de la red social.
LA ABUELA VIRAL
El fenómeno Winkle tardó poco en hacerse viral. Con los likes también vinieron las críticas y esa condescendencia machacona con la que tratamos a las personas mayores. A pesar de que vivimos en una sociedad cada vez más envejecida –dice la OMS que en el 2050 pasaremos de los 900 millones de personas con más de 60 años a 2.000 millones–, vemos a los viejos que exhiben ganas de divertirse y de escandalizar, en el mejor de los casos, como algo exótico. O como seres con demencia que no saben lo que hacen en el peor de los casos. Por eso, Iris Apfel, Joan Didion o Jonie Mitchell hacen bien en posar para firmas como Céline, Saint Laurent o Kate Spade.
Ella ha pagado otros peajes. Igual por eso se desternilla y hace lo que le da la gana. Cuando, en abril de 2014 subió su primera foto a Instagram, Helen Van Winkle, nacida en Kentucky en 1928, seguía sumida en una depresión que había comenzado cuando, en el 35 aniversario de su boda, su marido se mató en un accidente de tráfico. Una depresión de la que no pudo salir porque, pocos años después, su hijo David murió de un cáncer con solo 46 años.
Así que un día, mientras descansaba y evitaba los pensamientos rumiantes, que según sus propias palabras la mantenían “muy enfadada con Dios”, se puso unos shorts vaqueros, una camiseta de colores hippie y unos calcetines largos con hojas de marihuana rosas que su nieta Kennedy había dejado tirados. La chica le propuso sacar una foto y subirla a una red social y ella accedió, “¿por qué no?”, dijo. Cinco mil seguidores en un rato. Acababa de nacer Baddie Winkle y, según cuenta la propia Helen, un nuevo humor.
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