El gigante estadounidense de la tecnología, Google, presentó hoy su respuesta formal a la acusación de la Comisión Europea (CE), por presunto abuso de posición dominante por favorecer sus propios productos en las búsquedas de Internet, en la que refuta los argumentos como "incorrectos".
Google afirma en una entrada de su blog europeo titulado "La mejora de la calidad no es anticompetitiva" que, en contra de las alegaciones "incorrectas" de la CE, la multinacional "aumenta la capacidad de elección para los consumidores europeos y ofrece oportunidades valiosas para las empresas de cualquier tamaño".
El buscador disponía hasta el 31 de agosto para presentar su respuesta formal, tras recibir una prórroga adicional para ejercer su derecho a la defensa por parte de la CE, que acusa a Google de ofrecer "sistemáticamente un trato favorable a sus productos de comparación de precios", llamados Google Shopping, en sus páginas de resultados de búsqueda general.
En opinión de la CE, esto puede desviar artificialmente el tráfico de servicios rivales de comparación de precios y obstaculizar su posibilidad de competir en el mercado.
A la CE le preocupa que los usuarios no vean, necesariamente, los resultados más pertinentes a sus consultas, lo que les perjudica y paraliza al mismo tiempo la innovación, afirma.
El departamento que dirige la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, considera que Google debe tratar su propio servicio de comparación de precios de la misma manera que el de sus rivales.
En su respuesta a la CE, Google ofrece "pruebas y datos" para mostrar por qué las preocupaciones de la Comisión son "infundadas".
De acuerdo con Google, los datos económicos, recopilados a lo largo de más de una década, y una serie de documentos y afirmaciones de querellantes "confirman que la búsqueda de productos es firmemente competitiva", indica Kent Walker, vicepresidente sénior y abogado general de la empresa en el blog.
Google indica en su respuesta que considera la acusación "incorrecta" porque no compara el impacto de los principales sitios de compras - como Amazon y eBay-, "que en la actualidad tienen un tráfico mucho mayor que los anuncios de Google Shopping".
El gigante de la tecnología sostiene que el universo de los servicios de compras ha experimentado "un enorme incremento de tráfico desde Google", además de crear nuevas empresas e inversiones y de ampliar la capacidad de elección de los clientes".
De hecho, indica que la empresa, ofreció "más de 20.000 millones de clics gratuitos" a los comparadores a lo largo de la última década en países europeos utilizados por la CE para su argumentación, "con un aumento del 227 por ciento del tráfico gratuito".
Para afirmar que existe suficiente competencia, Google señala que los usuarios desean a menudo acudir directamente a comercios de confianza con presencia establecida en Internet.
Por otro lado, Google afirma que la introducción en 2012 de la unidad Google Shopping, con un nuevo formato publicitario además de los anuncios tradicionales, "no daña la competencia".
Y agrega que mostrar anuncios, basados en datos estructurados ofrecidos por los comerciantes, mejora la calidad de la publicidad y facilita a los consumidores encontrar lo que buscan.
Google utiliza para ello unos algoritmos especiales para maximizar su relevancia para los usuarios.
En cuanto a la opinión "peculiar y problemática" de la CE de que Google debe tratar su propio servicio de comparación de precios de la misma manera que el de sus rivales, la empresa señala que implicaría mostrar en su espacio publicitario anuncios que provienen y han sido clasificados por otras compañías.
Para Google, ello podría dañar la calidad y la relevancia de sus resultados.
Además, aporta una opinión jurídica que señala, que solo sería justificable que una empresa diese contenidos a otra compañía, en el caso de la primera controlara un servicio esencial y no disponible en otro lugar, por ejemplo en el caso del gas o la electricidad.
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