Kylie
Jenner, la menor del clan Jenner- Kardashian, se sumó a la vida
polémica de la que tanto culto hace su familia, y su carta de
presentación fueron sus labios. Las fotos son la mejor evidencia de que
algo cambió en el rostro de la adolescente de 17 años: desaparecieron
los labios finitos que la caracterizaban y ahora tiene la boca más
carnosa y sexy de Hollywood.
Adicta a las selfies, inundó sus perfiles en las redes sociales de
fotos de su fisonomía, pero cuando empezaron las críticas, se enojó.
Dijo estar "aburrida" de la especulación sobre el crecimiento de sus
labios. "¿Hasta cuándo van a seguir con este asunto de los labios?",
escribió en Twitter para sus casi ocho millones de seguidores.
"Organicemos nuestras vidas y hablemos de cosas importantes. O de algo
que sea nuevo al menos", desafió. Ella asegura que sólo es una hábil
maquilladora y que con un make-up adecuado, se logra el efecto.
Sin embargo, esa "no cirugía" se ha transformado en un nuevo reto en las redes sociales: "el desafío Kylie Jenner". El peligroso juego es tan simple como aterrador. Se trata de hacer succión con una botella o con un vaso hasta deformar los labios de una manera tal que se inflamen así como los tiene Kylie Jenner.
El resultado es espeluznante: adolescentes se deforman, se graban o se fotografían y suben los resultados a las redes sociales. Así, no sólo se ven labios voluptuosos, sino que se multiplican morados preocupantes, deformaciones alarmantes... y las promesas de no volver a repetirlo nunca más.
Sin embargo, esa "no cirugía" se ha transformado en un nuevo reto en las redes sociales: "el desafío Kylie Jenner". El peligroso juego es tan simple como aterrador. Se trata de hacer succión con una botella o con un vaso hasta deformar los labios de una manera tal que se inflamen así como los tiene Kylie Jenner.
El resultado es espeluznante: adolescentes se deforman, se graban o se fotografían y suben los resultados a las redes sociales. Así, no sólo se ven labios voluptuosos, sino que se multiplican morados preocupantes, deformaciones alarmantes... y las promesas de no volver a repetirlo nunca más.
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