Control en las redes sociales, ¿seguridad o espionaje político?

A principios de semana, la directora de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Gobierno, Melanie Torrico, informó de que se está trabajando en un anteproyecto de ley para regular el acceso a Internet con el objetivo de prevenir la trata y tráfico de personas.

Sin embargo, este anteproyecto contempla entre otros aspectos el seguimiento a cuentas personales en redes sociales, una circunstancia que ha levantado suspicacias ya que se cree que puede usarse de pretexto para controlar a los ciudadanos con fines políticos.
Las redes sociales en los últimos tiempos se han convertido en una plataforma de comunicación habitual entre la mayoría de los ciudadanos, principalmente jóvenes, en la que los usuarios interactúan con otros conocidos, o no conocidos, ya que también son utilizadas para el establecimiento de nuevas relaciones.
Esta situación es aprovechada en algunos casos para cometer todo tipo de delitos como por ejemplo la captación de personas para la trata y tráfico, acoso o chantajes personales o vejaciones e insultos de todo tipo.
Sin embargo, el control y el seguimiento de las redes sociales para prevenir este tipo de delitos pueden franquear la frontera de la seguridad y adentrase en el terreno de la vulneración de la intimidad personal de las personas.
“Efectivamente, mediante redes sociales intentan captar a muchas víctimas pero hay mecanismos como la capacitación, la formación o la educación para prevenir estos actos. En el control sobre estas redes hay una línea muy delegada en términos de intervenir en el derecho que tienen los ciudadanos a tener un nivel de comunicación y efectivamente puede constituirse en censura en niveles de restringir otras expresiones que son válidas y la población necesita desarrollar”, manifestó a este diario la presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos en Bolivia, Yolanda Herrera.
A su juicio, lo que se debería hacer es profundizar más en la educación y la formación así como en las sanciones para no dejar en la impunidad los delitos de trata y trafico cuando son descubiertos, más que controlar las cuentas privadas de los usuarios de la red.
“Son los mecanismos más efectivos para llevar ese tipo de control y no necesariamente intervenir que, efectivamente, es una línea muy delgada de lo que significa la censura y la libertad de expresión que además esta constitucionalizada y respaldada por instrumentos internacionales de derechos humanos”, apuntó Herrera.
Una opinión que comparte el senador Fernando Campero, quien considera que “si se quieren controlar delitos penales de tráfico de personas o venta de estupefacientes” o cualquier otro hecho ilícito se puede hacer un seguimiento a aquellas cuentas que hagan ofertas de ese tipo, pero “no es necesario hacer una normativa general para controlar el espectro de las redes sociales que innegablemente está dirigido a un control político de lo que son las redes”.
“Hay mecanismos de hacer seguimiento en caso de que existan. Aunque igual no va a haber forma de controlar que terceras personas utilicen el anonimato o el nombre de otra persona. Pero ellos quieren controlar específicamente a los políticos en un mundo de redes sociales cada vez más influyente creciente y joven donde está el espectro político más interesante para las fuerzas políticas. Yo estoy en desacuerdo. La sociedad civil tiene que ser quien regula”, dijo tajantemente.

Poma considera que se acabaría con la impunidad

Para el asambleísta del MAS, Marcelo Poma, “lamentablemente la legislación boliviana está retrasada” en tema de sistemas informáticos y hay mucha gente que “abusa” de estos medios.
“Hay que ponerse en los zapatos de las personas que sufren vejaciones en las redes sociales porque es fácil esconderse yo creo que el ciudadano ha de ser responsable y dar la cara. Yo me apunto la idea de ver la forma de regular esta situación. La idea en sí es muy importante pero ahora habrá que darle forma y ver los aspectos a regular”, dijo.

La Frase: “Es una línea muy delgada de lo que significa la censura y la libertad de expresión”.
Yolanda Herrera