El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró ayer la guerra a los internautas al ordenar el bloqueo de Twitter en el país, lo que provocó una oleada de críticas, como las del propio jefe de Estado turco, Abdullah Gül, a ocho días de las elecciones municipales.
La autoridad de telecomunicaciones (TIB) prohibió noche el acceso a esta red social, que difundió con anterioridad conversaciones telefónicas de Erdogan que le implican en un denso escándalo de corrupción.
Entre las protestas suscitadas por esta medida, calificada de "censura”, se destaca la del presidente turco, Abdullah Gül, quien condenó explícitamente la decisión del primer ministro.
"No podemos aprobar un bloqueo total de una plataforma de redes sociales. Espero que esta situación no dure mucho tiempo”, escribió el Presidente en su cuenta de Twitter.
Gül ya mostró sus diferencias con Erdogan, cuando este último amenazó el mes pasado con prohibir YouTube y Facebook.
"Su prohibición no se considera”, dijo entonces el jefe de Estado. Por su parte, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), principal partido opositor, y el presidente de la asociación de abogacías turcas (TBB), Metin Feyzioglu, pidieron a la justicia el levantamiento inmediato de esta prohibición.
"Es una violación increíble de los derechos fundamentales y de las libertades”, indicó el diputado del CHP, Aykan Erdemir, para quien "Turquía forma desde ahora parte de los países más autoritarios en materia de libertades en la red global”.
En medio de una campaña electoral tensa por los casos de corrupción que salpican al Gobierno, Erdogan anunció su intención de prohibir Twitter ante miles de partidarios.
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