Probablemente escuchaste que las aplicaciones de mensajería cifrada son una buena manera de mantener tus comunicaciones privadas.
Una investigación reciente por expertos en ciencias de la computación, halló que aunque muchas personas utilizan aplicaciones de mensajería seguras como WhatsApp y Telegram, no pueden decir con seguridad cómo esas aplicaciones protegen la privacidad del usuario. Además, no están seguros de que los servicios sean más seguros que otras opciones, como los mensajes de texto SMS y las llamadas de teléfono fijo.
“En general, nuestros resultados sugieren que las herramientas cifradas [de extremo a extremo] se usan ampliamente pero no se entienden con precisión”, escribieron los autores del informe, dirigidos por el estudiante de doctorado Ruba Abu-Salma, de la University College London.
Acceso gubernamental a las comunicaciones cifradas
Existen presiones a las que las empresas tecnológicas ya deben enfrentarse y decir no a los gobiernos de todo el mundo que desean obtener acceso a los mensajes cifrados.
Por ejemplo, en la actualidad, el servicio de mensajería encriptada Telegram se encuentra en una batalla legal con el gobierno ruso, que cerró el servicio luego de que la compañía se negó a permitirle acceder a mensajes encriptados. En 2016, un ejecutivo de Facebook fue arrestado en Brasil cuando la empresa se negó a dar a las autoridades acceso a los mensajes de WhatsApp como parte de una investigación criminal.
¿Cómo funcionan la comunicación cifrada?
Las aplicaciones de mensajería cifrada “revuelven” tus mensajes y llamadas telefónicas para que sólo tú y la persona con la que te estás comunicando puedan acceder a ellos. Eso significa que ni siquiera el servicio de mensajería puede ver lo que estás enviando, y tampoco nadie más puede interceptar tu tráfico Web. Eso es diferente de los mensajes SMS y las llamadas telefónicas, que pueden ser interceptadas por tu operador de telefonía e incluso por la policía, así como por hackers con el equipo adecuado. El cifrado de extremo a extremo está diseñado para que solo los dispositivos que envían y reciben los mensajes puedan acceder a su contenido. Eso es prácticamente lo contrario de los mensajes de texto tradicionales (conocidos como SMS), que de forma predeterminada pueden ser vistos por las compañías que ayudan a transportarlos a su destinatario. “Si no se envía encriptado, cualquiera de las partes en el camino puede ver el contenido completo de tu mensaje”, dijo Serge Egelman, director de investigación de seguridad y privacidad en el Instituto Internacional de Ciencias de la Computación.
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