Holanda no quiere que se vuelva a repetir la misma historia de los últimos años: terroristas que estando fichados o investigados, siguen en libertad y cometen atentados como en París, Bruselas o Londres. Pero sus jueces tampoco se quieren saltar la legalidad. El plan es el siguiente: juzgar en rebeldía a los más de 200 yihadistas holandeses que están en Siria e Irak, para recibirlos con una orden de detención en mano, en caso de que decidan volver a los Países Bajos.
Hace dos semanas, la Fiscalía citó oficialmente a una audiencia en los juzgados de Rotterdam a 10 hombres holandeses supuestamente yihadistas que se han sumado a las filas del autodenominado Estado Islámico, en Siria e Irak. El objetivo es seguir los pasos legales, a la espera de que estas personas acudan al inicio del juicio por el que se les procesa por "participar en una organización terrorista y por preparación de delitos de terrorismo".
Al no poder entregar en mano la citación, la Fiscalía encontró otra vía de tratar de ponerse en contacto con los sospechosos: las redes sociales. Colgó un llamamiento público en Facebook, en el que citó a "hombres de entre 18 y 30 años" que se encuentran teóricamente en el bastión iraquí de Daesh, en Mosul.
El fiscal recibió múltiples reacciones, de algunos de los sospechosos, como Víctor D., holandés converso al islam. Este supuesto terrorista afirmó "no entender la acusación" y añadió una imagen con otro de los acusados, Adil B., de ambos cenando una pizza en Idlib, Siria, según explicó el propio fiscal. También se intentó llegar a otros combatientes holandeses a través de WhatsApp, Instagram o por vía de sus familiares.
Ninguno de los acusados apareció en la corte, aunque tres de ellos enviaron un abogado para hablar en su nombre, incluido Víctor D. El letrado Andre Seebregts pidió suspender el proceso judicial porque su defendido tiene "derecho a estar presente en el juicio". Añadió que el extremista "quiere estar en el tribunal pero es peligroso porque es conocido cómo los grupos terroristas en Siria lidian con las personas que quieren dejar" la zona. Daesh ejecutó en los últimos años a varios desertores, o sospechosos de ello.
Victor D, de 28 años y cuyo nombre de batalla es "Zakariya al Holandi", está desde 2013 en Siria. Antes de su partida, vivía en la población Overijssel de Heeten, y había estado trabajando como cartero. Se convirtió al islam porque, dijo, quería vivir en una sociedad islámica que aplica la Sharía. Se había sumado a varias facciones extremistas en los Países Bajos. En los últimos años, ha publicado fotos posando con un rifle, en algunas junto a un conocido yihadista, Yalmiz, un exmilitar holandés que también combate en filas del grupo terrorista.
La Fiscalía también tuvo noticias de un rapero de Arnhem, Marouane B, que según su madre, quiere volver a Holanda, pero "la frontera sirio-turca está cerrada y teme ser encarcelado en Siria o decapitado". Por lo que no tiene ninguna intención de asistir a las audiencias. Los demandados podrían suponer un riesgo para la seguridad de los Países Bajos, si regresan. "Los servicios secretos afirman que la gente que vive bajo el califato está bajo presión y ya sabemos que se hacen llamamientos desde allí para llevar a cabo ataques en Europa, como el de Londres", afirmó el fiscal Ferry van Veghel.
Reconoció que es "muy difícil" reunir pruebas, ya que es imposible acceder a las zonas de conflicto, pero que se intentarán usar todas las pruebas posibles recogidas de Internet o de los contactos con los familiares de los acusados. En la lista de sospechosos convocados aparecen nombres, por ejemplo, como de Thierry K. (29 años, de Zoetermeer), Yihad S. (28 año, de Arnhem), Yago R. (24 años, de Arnhem), Jeroen van D. (27 años, de Almere), Ridvan O. (21 años, de Utrecht), entre otros.
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