martes, 22 de diciembre de 2015
“Las redes sociales son la puerta de entrada a los medios”
Cualquiera podría pensar que el rioplatense me 'chicanea' desde la primera línea. “180 grados”, responde a la pregunta de cuánto han cambiado las redes sociales la forma de hacer periodismo. Ocurre que Diego Muñoz es el creador de 180.com.uy, portal de noticias que después de siete años de vigencia no solo marca agenda, sino que vive de la publicidad en internet, habiéndose plantado firme ante los medios de comunicación tradicionales en Uruguay.
@diegomunoz75 en Twitter, panelista en “Hablemos de fútbol”, de la cadena televisiva de deportes ESPN, llegó a Sucre invitado por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), la empresa telefónica Tigo y la Fundación Libertad para dictar una charla a periodistas locales.
“Hoy en día, pensar en un periodismo sin redes sociales es muy difícil”, prosigue él.
“Desde lo mínimo: el programa de radio que se nutre con los mensajes de Whattsap o el Twitter, el periodista que hace una entrevista por internet… Es muy difícil pensar un periodismo como se hacía en los años 60, 70, hasta principios de los 2000, incluso”.
Identifica como el primer gran cambio al teléfono celular; luego, a las redes sociales.
Detrás del ‘canchero’ de la nueva ola de periodistas deportivos de la TV argentina, de este joven con varios años de experiencia en el medio, se esconde una historia de frustración personal. “En el 2008 me quedé sin nada y partí casi de cero, compitiendo con otros colegas que estaban todo el día en la radio, en los canales, diciendo sus cuentas de Twitter. Y yo he logrado mucho, y estoy muy contento”, dice con sinceridad.
Entre 1993 y 2008 trabajó ininterrumpidamente en canales de televisión y en radio hasta que fue despedido, junto a otros periodistas más, por la empresa que compró los derechos del fútbol uruguayo y de la que él es muy crítico.
“No querían tener voces opositoras y, bueno, tuve que empezar de cero”.
Diego Muñoz, experto en periodismo en internet, concedió a ECOS la siguiente entrevista después de compartir sus experiencias con periodistas de
Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y Sucre:
ECOS. ¿Ya no vale practicar el mismo periodismo que hacemos para medios convencionales en los digitales o en los que están atravesados por las redes? ¿O recomiendas combinarlos?
Diego Muñoz (DM). Para mí, el punto clave es hacer periodismo, después la plataforma le da ribetes propios: puede ser más ágil, más duro; puede tener más contenido o ser más light. Claramente, eso tiene que ver con el medio. Lo que sí, a mí me parece que siguiendo los principios básicos del periodismo, la posibilidad de que las redes sociales potencien lo que los medios tradicionales hacen es extraordinaria. Y no utilizarla es como perder una oportunidad única de crecer en un lugar donde hay mucha gente ávida de información todo el tiempo.
ECOS. ¿Es fundado el temor al reemplazo de los medios tradicionales por las redes sociales?
DM. Las redes sociales en sí mismas, para mí, no son un medio. Lo que sí, son la puerta de entrada a los medios. Es importante tener claro que el medio tradicional y el digital tienen que coexistir, que no existe más pensar, como en el siglo pasado, en gente que se quedaba hasta las cuatro de la mañana a escribir una nota y tenía una vida bohemia; algo muy romántico, hermoso, todos los que lo vivieron creo que tienen los mejores recuerdos, pero eso cambió. Hoy en día hay otras necesidades y cuestiones vinculadas al periodista global, que tiene que filmar, editar, escribir… Por ahí pasa la historia.
ECOS. ¿Estás de acuerdo con que, frente al periodismo ciudadano, el profesional de la comunicación tiene que sistematizar u ordenar la información que circula en las redes sociales?
DM. Yo estoy de acuerdo con eso. Hoy, cualquiera te cuenta que pasa tal cosa en el café de la esquina; la cuestión es cómo hacer para que la gente pueda saber que lo cuenta cualquiera o que lo cuenta un periodista. Y yo creo que ahí está la capacidad de mostrar a través de una historia, a través de recursos periodísticos que eso que alguien contó es importante, pero que hay todavía una distancia entre eso que cuenta cualquiera y eso que cuenta un periodista.
ECOS. En tu caso, has creado una “marca propia” en Twitter y esto es como tener tu empresa, algo revolucionario dentro del periodismo. Hasta ahora, lo normal era que el periodista trabaje de empleado para una marca ajena…
DM. Sí, claramente uno crea su propia marca y vende su publicidad y escribe sus artículos y cuelga sus fotos y está en una posición que antes no estaba: antes estaba siempre a la sombra del medio, ahora por lo menos está en un pie, si no de igualdad, por lo menos de conocimiento ante la gente. Eso es ya importante.
ECOS. Pero te vales de la televisión para darle fuerza a esa marca...
DM. Pero, yo llego a ESPN en abril de este año con 70.000 seguidores (en Twitter)... a mí me llama ESPN porque algunas personas muy influyentes de la empresa sabían de mi presencia en Twitter y les gustaba mucho mi forma de hacer periodismo; entonces, en ese sentido las marcas yo siento que uno las construye.
ECOS. Decías en tu curso que “las marcas se están corriendo hacia las redes sociales”, que están pauteando en internet y buscan perfiles de personas influyentes. ¿Qué les recomiendas a los periodistas que se desenvuelven en un medio como el nuestro, donde las marcas incursionan poco en este nuevo espacio?
DM. A mí me parece que lo que no tiene que hacer el periodista es trabajar para ser una marca en sí mismo, o para juntar determinada cantidad de seguidores, o para que las empresas lo llamen para hacer tuits. El periodista tiene que trabajar para ser periodista, para construir desde su cuenta una imagen creíble; después, lo demás viene solo: por el lado de la gente que lo sigue, por las empresas que lo visualizan como una persona creíble.
Todo eso viene cumpliendo con las normas de la profesión, que son: el rigor, el profesionalismo, el chequeo de fuentes, el investigar, el opinar, el ser libre.
ECOS. Habiendo pasado ya por Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, ¿cuál es tu percepción de la realidad que se vive en Bolivia con el Twitter respecto al Facebook?
DM. Evidentemente son menos los usuarios de Twitter que de Facebook, pero también son menos los seguidores en Twitter que los usuarios de Facebook en Uruguay, y eran muchísimos menos cuando yo abrí mi cuenta, y creció en cinco años.
Acá, en Bolivia, yo tengo la certeza de que también va a crecer, y ahí hay que estar preparados, ya saber por dónde ir, qué cosas vas a contar.
ECOS. ¿Por qué crees que el periodista debería encontrar en Twitter una mejor plataforma que en Facebook para realizar su labor?
DM. Twitter y Facebook son muy distintos. En Facebook la gente está más para hacer denuncia de que le pasó tal cosa, o para contar que se le murió la mascota, o para compartir videos con sus amigos; es mucho más trivial la participación de la gente en Facebook que en Twitter, donde está más activa, donde está más preocupada por algunas cuestiones, donde es más irónica, más punzante, más crítica.
El léxico también es distinto: en Facebook hay un montón de faltas de ortografía, lo que en Twitter es más difícil que se vea.
Yo creo que, periodísticamente, la red social del Twitter es un mejor lugar que el Facebook. Sin denigrar al Facebook ni mucho menos: yo también tengo una cuenta de Facebook, pero el público de Twitter está más abierto a recibir información y análisis.
ECOS. ¿El periodista en redes sociales tiene que interpretar más que informar?
DM. Yo no voy a competir contra una aplicación que en el celular te notifique. Si yo compito contra eso, estoy listo porque no tengo capacidad de hacerlo, porque la gente que quiere eso tiene lo otro. En cambio, si sos más analítico, si le das una opinión, si fundamentas un concepto, ahí la gente lo que visualiza es que del otro lado hay una persona que, más allá de ser periodista para informar, también piensa. Y eso me parece que termina siendo influyente.
ECOS. ¿Dónde está la clave, entonces?
DM. En encontrar el nicho que te permita generar un vínculo con la gente, que hoy puede ser gente que esté de acuerdo, que mañana puede ser gente que esté en desacuerdo pero que cuando esa gente a favor o en discordancia lea algo de lo que escribes, sienta que eso que está escrito, está escrito con rigor, con inteligencia, con análisis, con profundidad. Después, yo creo que todo lo demás llega solo.
“Es importante tener claro que el medio tradicional y el digital tienen que coexistir, que no existe más pensar, como en el siglo pasado, en gente que se quedaba hasta las cuatro de la mañana a escribir una nota y tenía una vida bohemia; algo muy romántico, hermoso, todos los que lo vivieron creo que tienen los mejores recuerdos, pero eso cambió, hoy en día hay otras necesidades y cuestiones vinculadas al periodista global, que tiene que filmar, editar, escribir… Por ahí pasa la historia”.
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