¡Qué fotango! o qué frase más precisa la que puso fulano… ¿Se te pasó esta idea por la mente mientras navegabas en Facebook? Una encuesta recientemente publicada por Intel (el gigante que diseña y crea las tecnologías que sirven de base para los dispositivos informáticos de todo el mundo) asegura que en Facebook,Twitter y otras redes los hombres quieren parecer más inteligentes y las mujeres, más atractivas. Y que la imagen que todos muestran de sí mismos tiene poco que ver con la realidad.
Sí, seguro estás pensando en esa foto, bien retocada que ilustra tu perfil. Y yo también me veo reflejada en esas estadísticas, pero estos datos me llevan hoy a escribir algo que va más allá de un retoque de Photoshop o de una imagen bien cuidada. No discrepo con un yo mejorado, o la mejor versión de uno mismo, porque, como alguien me dijo un día, no guardarías diamantes en una bolsa de basura. Me refiero a una suerte de ‘mentira’ social. Oh my God! Es la editora de un suplemento de Sociales la que escribe esto. Sí. Esto surge de la periodista que a diario escucha a gente que trata de venderle una historia de alguien que no es. Personas que a través de entrevistas construyen una vida inexistente. ¿Por qué tendríamos que esperar que a todo el mundo le guste leer a García Márquez?, o que todas las mujeres sueñen con ser buenas madres; que la clave para ser ‘perfecto’ sea ser muy organizada y dedicar tiempo de calidad a los seres queridos. Incluso para la ‘mentira’ social es necesario ser original, pero probablemente sea difícil serlo si somos incapaces de tener una vida que nos interese contar tal cual. Simplemente eso.
Ojalá nuestras páginas de Sociales pudieran estar llenas de personas que más allá de un retoque tengan una vida que pueda ser contada sin autocensura, o que al menos esté alejada de todos los lugares comunes que los periodistas del área escuchamos. Añoramos gente sincera y original
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