CLANDESTINO | EN UN BÚNKER SECRETO, GOOGLE INVIERTE EN INVENTOS QUE PARECEN DE CIENCIA FICCIÓN, PERO QUE SI SE HACEN EFECTIVOS PUEDEN DARLE A LA COMPAÑÍA GRANDES BENEFICIOS ECONÓMICOS. Y A TENER MÁS PODER SOBRE EL USUARIO.
Google es una de las empresas más exitosas de las últimas décadas y la única que se supo imponer a sus competidores más cercanos, quedando como un cuasi monopolio digital que en años recientes ha diversificado su campo de acción. Sin duda Google ha alcanzado esta posición por el innegable espíritu innovador de sus directivos y fundadores. Aplicando o no prácticas éticamente cuestionables, el gigante de Mountain View ha marcado y sin duda marcará el camino en años futuros en el consumo tecnológico y de información basado en Internet.
Al parecer mucha de la investigación que fortalece su preeminencia en el mercado la realiza Google en un laboratorio secreto, clandestino, del que poco o nada se sabe más allá de rumores, ciertos nombres y alguna que otra pista que sugieren las actividades que se llevan a cabo tras las puertas y paredes de Google X.
TOP SECRET
De acuerdo con una investigación periodística publicada en el New York Times, en Google X se estarían financiando proyectos que van desde un elevador interplanetario hasta un robot humanoide que cumpla las labores de un oficinista cualquiera, objetos de uso cotidiano con conexión a Internet (como refrigeradores que ordenen en línea los alimentos que se están acabando o platos que posteen en las redes sociales el platillo que se come) o el perfeccionamiento del auto que se maneja automáticamente y que ya en 2010 fue sometido a una primera prueba en la autopista que va de San Francisco a Los Ángeles.
Por supuesto que los altos directivos de Google no hablan abiertamente sobre estas instalaciones, aunque aceptan que algo del presupuesto de la empresa se destina a “proyectos especulativos” con la idea de que se conviertan “en importantes factores de negocios en el futuro”.
Porque ese es uno de los motivos obvios y previsibles de la empresa: que los inventos que patrocina le rindan beneficios, que signifiquen un fortalecimiento de su aventajada posición en el ámbito de los recursos digitales. Al respecto, Claire Cain Miller y Nick Bilton, los autores del reportaje, escriben:
“Otras ideas tienen que ver con lo que Google llamó “la Web de las cosas” en su conferencia de desarrolladores de software: una forma de conectar objetos a Internet. Cada vez que cualquiera utiliza Internet, beneficia a Google, arguyó la compañía, así que sería bueno para Google si los accesorios de la casa y objetos portátiles, no solo las computadoras, estuvieran conectados.”
Entre los pocos datos ciertos que se tienen sobre Google X se encuentra el perfil de los profesionales que trabajan en este laboratorio secreto: ingenieros eléctricos y en robótica sacados de Microsoft, Nokia Labs, las Universidades de Stanford, Nueva York y Carnegie Mellon, además del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Tres de los personajes más importantes en el laboratorio son Sebastian Thrun, Andrew Ng y Johnny Chung Lee. Los dos primeros son profesores en Stanford: Thrun es una de las autoridades internacionales en robótica e inteligencia artificial y fue quien diseñó el primer automóvil manejado robóticamente; Ng se ha especializado en combinar neurociencia e inteligencia artificial para crear robots y máquinas que se conduzcan como seres humanos. Johnny Chung Lee, por su parte, trabajó para Microsoft en el diseño del Kinect antes de trabajar para Google.
PROYECTOS FALLIDOS
Sin embargo no todos son éxitos. Google X ha revelado que también intentó construir un jetpack (para vuelos autónomos e individuales) pero que ha fallado en el proyecto.
Otro proyecto del que a menudo se rumorea que se está desarrollando en Google X es un ascensor espacial. Que parece sacado de la ciencia ficción, un ascensor que va desde una estación en tierra a otra estación más allá de nuestra atmósfera, con todo el sistema anclado a un satélite en órbita en el extremo de cables muy fuertes a miles de kilómetros de altura. También se ha descartado este proyecto.
De manera similar, el equipo de Google X también ha pensado acerca de la posibilidad de la teletransportación, pero en última instancia se concluyó que la idea viola varias leyes de la física, aunque se está trabajando en las nuevas posibilidades de las tecnologías de encriptación. Además, ya funcionando, está el automóvil que se maneja solo, los drones más veloces, y los lentes de contacto que tienen una cámara incluida, entre otros varios inventos que aumentarán significativamente la ya nutrida billetera de la empresa.
Y EN LA SALUD
Uno de los más audaces proyectos del laboratorio de investigación de Google X, sirve para supervisar el estado de salud desde el interior. Para ello se está creando un ejército de nanopartículas magnéticas que se distribuyen a través del torrente sanguíneo. Desde allí se unirán a cualquier agente sospechoso que pueda causar enfermedad, ya sean proteínas, azúcares u otras moléculas, y luego informarán a una pulsera magnéticamente activa.
En espera de la aprobación de la FDA, Google quiere que las pruebas iniciales de la plataforma puedan estar listas en unos cinco años. El problema es que, en teoría, las nanopartículas sólo podrían inyectarse directamente en el torrente sanguíneo, aunque Google X está trabajando en una píldora que tras la digestión se descompone para entregar limpiamente las partículas en el estómago. Una vez absorbidas en la sangre, las nanopartículas con diferentes recubrimientos serán capaces de unirse a iones de potasio individuales y a las células que producen el cáncer para luchar contra esta enfermedad revolucionando la medicina. (Con datos de PijamaSurf, New York Times, Forbes).
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