La manipulación de la información debe ser considerado como un acto de alta irresponsabilidad llevado a cabo por individuos que ignoran la gravedad de sus acciones y las consecuencias que podrían generar sus actos
Los “guerreros digitales” aprovechan los momentos difíciles que atraviesa el país a causa de la pandemia del Covid-19 para esparcir el miedo y propagar mensajes que llaman a la convulsión en la población. Estas actitudes rayan entre la delincuencia y la ignorancia de quienes operan a favor de intereses políticos, ocultos bajo el anonimato que brindan las redes, expresaron asambleístas.
A la par de las nuevas tecnologías en información y comunicación las luchas sociales, los debates políticos y otras actividades en que se confrontan ideas también se trasladaron de las calles y espacios tradicionales hacia las plataformas digitales, y más precisamente a las ya famosas redes sociales.
De esta forma, discusiones ideológicas que antes se desarrollaban en aulas, oficinas, asambleas o cualquier espacio público destinado o no a este fin, ahora fueron reemplazados por el “ciberespacio”.
Cuando en la realidad, los argumentos políticos contrarios, son reemplazados por artimañas para desprestigiar al contrincante y ganar el favor del electorado en beneficio propio se produce lo que criollamente es conocido como “guerra sucia”. Esta práctica, como era de esperarse, también migró al espacio virtual y de un tiempo a esta parte ha crecido su uso por la facilidad de esconder la mano del que arroja la piedra, típico en las redes.
El caso boliviano muestra que los espacios en que usuarios de redes sociales buscan entretenimiento, información o contacto social con otros cibernautas para fines de todos los tipos, han sido saturados por los tristemente célebres “Guerreros Digitales” que encontraron en estas plataformas, el lugar ideal para esparcir la desinformación, el miedo colectivo y dadas las condiciones sanitarias actuales, el llamado al desacato de las medidas de contención de la pandemia, en favor de los intereses o posturas políticas que promueven.
Dada la coyuntura presente, el contagio masivo del Covid-19 en el mundo, una crisis sanitaria que crece cada día y otra crisis económica en el horizonte, llama la atención el rol que juegan en la red de redes. Desde manipulación y distorsión de información, hasta ataques masivos a cuentas de figuras públicas o de cualquier usuario solo por expresar su opinión a favor o en contra de alguna ideología o posición política, pueden verse a diario en las redes sociales más visitadas.
Al respecto, el diputado nacional Amilcar Barral, en contacto con El Diario, manifestó a que fueron procesados varias personas que utilizaban instalaciones estatales para desempeñar estas labores durante y después del anterior gobierno; sin embargo, aún hay cerebros o cabecillas operando y dirigiendo estos grupos con la finalidad de desinformar a la población que se encuentra cumpliendo con el confinamiento en sus hogares, sin la posibilidad de corroborar por si mismos la información que inunda las redes producto de la malicia y la organización de estos individuos.
Los cargos por los que se los persigue son el problema, según plantea Barral, pues si bien se procesó a varias personas, estos se enfrentan a penas leves, a pesar a que los actos que propician pueden desembocar en delincuencia y en grandes problemas sanitarios por la coyuntura actual.
“Entendemos que las penas tendrían que ser más duras, que todos los que sean encontrados con este tipo de mensajes y manejando a gente que quiera convulsionar el país, no solamente se los detenga y se los libere después. Que se los encarcele en máxima seguridad para dar ejemplo que no se puede estar jugando con la salud de la población con mensajes de provocación para convulsionar”, indicó el legislador, haciendo énfasis en la irresponsabilidad de personas que tienen el propósito de generar caos en tiempos en que la población necesita estar aún más informada que de costumbre.
Por otra parte, también existe un factor que debe ser considerado, el humano. Esta es la cualidad común entre los que se encuentran detrás de los perfiles de Trolls en la red. Al respecto la asambleísta departamental y vocera de la alianza Juntos, Vilma Magne, expresó que se debe tener en cuenta que las personas que se prestan a estas acciones en las redes sociales tiene intereses varios.
En el caso de los guerreros digitales vinculados al ex partido de gobierno cuyo principal factor es la defensa de sus fuentes laborales o la promesa política de acceder a un cargo, lo que mueve a la realización de estas acciones irresponsables en el campo digital. Muchas veces ignorando las posibles consecuencias de sus actos.
“Son tan seres humanos y con los mismos derechos como cualquiera. Sin embargo, fruto de sus necesidades, por cuidar su trabajo o de pronto porque tienen afinidad con algo, es que están actuando en redes sociales de la forma en que lo vienen haciendo” refirió la asambleísta, puntualizando que existen cabecillas que dirigen estas acciones con dolo y se sirven de los guerreros digitales para propagar mensajes de odio que muchas veces mellan la dignidad de particulares.
Una posición precisa sobre las actividades realizadas por los “Guerreros Digitales” en internet y específicamente en las redes sociales lo brinda la directora ejecutiva de la fundación Internet Bolivia, Eliana Quiroz, quien en contacto con este medio, indicó que el denominativo correcto para estas personas es “Trolls” y que este no es un fenómeno espontaneo sino que responden a una organización previa para generar lo que se conoce como “granjas de bots”, estos grupos responden a distintas afinidades. En el caso de Bolivia, existen Trolls/bots de todos los intereses y colores políticos cuyo fin es la difusión y/o propagación de ideas y posturas, en este caso políticas.
Lastimosamente, dentro de las actividades realizadas por Trolls, también está el ataque a gran escala de usuarios que no comparten las mismas ideas que el grupo o de los que dirigen estos. Los principales blancos generalmente son adversarios políticos o algún desafortunado usuario que solo expresó o apoyó una idea diferente.
En este ámbito, los usuarios de redes deben obligadamente buscar la mejor manera de informarse sabiendo diferenciar los contenidos verdaderos, de los que llaman al odio y que persiguen otros intereses.
“La población tiene que poder tomar una posición más allá de las consignas y el discurso de odio que estos grupos están tratando de promover” refirió Quiroz, puntualizando que esta situación tiene que ver con el derecho a la información pública de cada ciudadano. Esta debe estar proporcionada de una forma imparcial y lejos de cualquier sesgo.
Es en este punto, donde entran medios de comunicación y los periodistas, de quienes se espera un mayor y mejor trabajo referido a la verificación de la información para generar confianza en la población y esta acuda a su trabajo antes de confiar en cualquier dato o noticia de dudosa procedencia que circule por la red.
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