El escritor y cineasta Alfonso Gumucio Dagron denunció que la empresa mexicana Neurona Consulting es una “fachada para conseguir contratos”. En agosto de 2018, esa firma obtuvo un contrato del Estado por 8,8 millones de bolivianos para producir “piezas comunicacionales para su difusión por la Dirección General de Redes Sociales”.
En su columna Quien Calla Otorga, el escritor publicó ayer el artículo “Neurona, una fachada”, texto en el que relata cómo a partir de un reportaje que publicó este medio se puso a buscar la dirección de esa empresa en México, país en el que residió por más de 10 años.
“Como viví en México más de diez años desde que salí con el golpe militar de García Meza, me picó la curiosidad por saber más sobre esa empresa de la que nunca había oído hablar en México. Busqué en su página web la dirección y con ayuda de ‘Street view’ de Google Maps encontré el lugar exacto donde se encuentran las oficinas: el Nº 107 de la calle Berlín en Coyoacán”, relata.
El escritor indica que con esa herramienta verificó que las oficinas de la firma no estaban, como esperaba, en un enorme edificio corporativo, sino en “una casita de dos pisos sin letrero exterior”.
Gumucio comenta que tras pensar que la herramienta había errado, pidió a sus amigos que estaban en México que se acercaran a esa dirección para tomar fotos actualizadas. “Google no se había equivocado: la empresa que recibió más de un millón de dólares del Gobierno boliviano está situada efectivamente en esa casa”, sostiene.
Gumucio agrega: “Mis amigos tuvieron la iniciativa de ahondar en su investigación y aunque la oficina estaba cerrada por el feriado del 25 de diciembre, tomaron una foto del interior, donde aparece un letrero que indica que el segundo piso de la casa está ocupado por ‘Puertas, Agente de seguros’. En el primer piso está la ‘Promotora ACCSE’, y en la planta baja de esa casa, que no es muy grande, aparece el rótulo de Neurona Consulting, una oficina que comparte el espacio con los estacionamientos para vehículos”.
El escritor comenta que sus amigos indagaron en el vecindario y descubrieron “datos adicionales sorprendentes”. “La empresa ‘acepta cualquier tipo de contrato, aunque sea por 500 pesos mexicanos’, y ‘hace cualquier cosa que le pidan’. No es una empresa especializada en nada, es una fachada para conseguir contratos”, refiere.
Gumucio, en su columna, se pregunta: “¿quién es el nexo entre el Gobierno boliviano y la empresa-fachada mexicana? ¿Cómo llega el Ministerio de Comunicación a entrar en negocios con dicha empresa? ¿Cómo y a quién se transfieren los fondos? ¿Quiénes son los intermediarios y cómo se han beneficiado? ¿Cuáles son concretamente los resultados y los productos?”.
Cartel que hace referencia a la seguridad del inmueble.
Este medio intentó comunicarse con la exministra de Comunicación Gisela López, para tener su contraparte; no obstante, no se tuvo éxito. Tampoco se tuvo éxito en el contacto con el actual ministro de esa cartera de Estado, Manuel Canelas, quien estaba en una reunión cuando se le llamó.
El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, expresó que en el oficialismo están acostumbrados a este tipo de denuncias, “muchas veces totalmente injustificadas”.
“Pero siempre lo hemos dicho: los actos de la administración pública, del MAS deben ser siempre absolutamente transparentes. En ese sentido, nos gustaría que este columnista, más allá de denunciar en un medio de comunicación, como cualquier ciudadano –no estoy diciendo que se querelle-, denuncie ante el Ministerio Público para que se haga una investigación”.
El senador Oscar Ortiz, candidato presidencial por Bolivia Dice No y quien investigó el tema, indicó: “No hemos encontrado referencias que indiquen que esta empresa tuviera algún prestigio, incluso en México, porque se entiende que si se va a contratar directamente a una empresa extranjera, ésta tendría que tener un prestigio muy reconocido para que tenga que ser preferida a las empresas nacionales, tendría que ofrecer servicios que las empresas nacionales no ofrecen”.
Ortiz afirmó que con “esta nueva información” seguirá fiscalizando para que “el Ministerio de Comunicación, con esta nueva gestión, haga públicos todos los documentos relativos a las contrataciones de Neurona y los antecedentes de estas contrataciones para ver si existe alguna justificación que pudiera servir como respaldo a la selección de esta empresa”.
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