martes, 20 de marzo de 2012

El corrector es un asesino de las palabras

Los lingüistas estudiaron textos publicados entre 1800 y 2008 en hebreo, inglés y español. Comprobaron que la desaparición y empobrecimiento del vocabulario se debe a corregir los textos en busca de más homogeneidad.

Las palabras también tienen su market share, su cuota de mercado. Ya se sabía que el lenguaje evoluciona, pero los profesores Alexander Petersen, Joel Tenenbaum, Shlomo Havlin y Eugene Stanley han aprovechado la digitalización de libros de Google —el 4% de los existentes en el mundo— para estudiar el nacimiento, uso y muerte de las palabras.

El estudio, publicado por la revista Science, analiza textos en inglés, hebreo y español publicados entre 1800 y 2008, tanto en cantidad como en su permanencia en el tiempo, gracias al contador de palabras del motor Google. La conclusión es que cada vez mueren más palabras y nacen menos, por lo que el léxico se está empobreciendo.

Pobreza Según los profesores, la desaparición se debe fundamentalmente a los correctores de textos, ahora los informáticos, pero ya antes los de las industria editorial, que homogeneizan el lenguaje, evitando la riqueza y la sorpresa de las variaciones.

La copistería amanuense daba lugar a un léxico más amplio. De haber existido el corrector, seguramente no habría españoles llamándose Sanz, Sáinz, Sáiz, Sáenz, Sáez… Todos se habrían llamado igual. Resultado más pobre, pero sin duda muy homogéneo.

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